Algunas personas nacen con la vocación para entregar a los más necesitados su ayuda, sin esperar nada a cambio. Una de estas personas es esta joven, llamada Hallee Fuqua, quien en su primer día como voluntaria en un refugio de animales local y justo antes del día de acción de gracias, conoció a un perro juguetón y amoroso llamado Rambo.
Para Hallee era importante compartir el mayor tiempo posible con los perros del refugio Humane Society en Stillwater, Estados Unidos. Esto debido a que ella había estado rogando a sus padres cada Navidad y en los últimos años por un perro propio, pero ellos siempre le respondían que debía esperar hasta que terminara con la Universidad primero para tener uno.
Rambo es un perro muy juguetón y era cuestión de tiempo para que lo adoptaran
Los días transcurrieron y mientras laboraba en el refugio realizando su rutina diaria, escuchó que su querido Rambo había sido adoptado. Pero tras las buenas noticias, ella no pudo evitar sentirse desconsolada ante la idea de no volver a verlo.
«Me encantaba jugar con él», dijo Fuqua.
Pero no todo estaba perdido, pues ella no tenía ni idea de lo que tramaban sus padres, quienes le organizaron una reunión con el propósito de celebrar el momento propicio, donde la familia se reuniría para nada menos que complacer el gran anhelo de su querida hija, darle un perro propio.
Lo que menos esperaba la muchacha era que su familia le tuviera una sorpresa
En secreto, el padre de Hallee, Lance, estaba en comunicación con el refugio para los trámites de adopción de Rambo y los trabajadores lo habían ayudado a mantener todo el plan oculto, para no estropear la sorpresa. Finalmente, su papá llevó al perrito a casa y le colocaron incluso astas con motivo del espíritu navideño al momento de dar la sorpresa.
Evidentemente, el hecho la desconcertó
Luego, para sorprenderla, se pararon junto a la puerta principal y pusieron la cámara a rodar, justo cuando su hija abrió la puerta, así fue como lograron captar ese gran momento. Su padre quería que su familia siempre recordara la emotiva reacción de Hallee y vaya que valió la pena todo el esfuerzo.
Ella no podía parar de derramar lágrimas de felicidad
«Cuando abrí la puerta, al principio estaba muy confundida. Pero al instante supe que era él, y aunque sabía que había sido adoptado, no fue hasta después que entendí el inmenso regalo que me estaban haciendo mis padres y junto a una ola de emociones, el perrito se me vino encima», contó Hallee.
Su sueño se había vuelto realidad de la mejor manera posible
El sentimiento de alegría era mutuo, pues Rambo no podía esperar a saltar a los brazos de su chica sin dejar de mover la cola.
«Fue una gran sensación verlo nuevamente», dijo Hallee .
«Le encanta correr y saltar afuera, pero sobre todo aprecia y disfruta toda la atención que le prestamos. Se adapta a nuestra familia y realmente nos ha demostrado cuánto lo necesitábamos al igual que él nos necesitaba a nosotros«, dijo Hallee.
Aquí puedes ver la increíble reacción de la joven
Toda la familia siempre recordará esta Navidad. Hallee consiguió el perrito del que se enamoró a primera vista y Rambo recibió el regalo más precioso de todos, un verdadero hogar.
¡Te invitamos a compartir esta historia con otras personas para que recuerden que algunas veces una de las más maravillosas sorpresas puede tener solo cuatro patas, mucho pelo e incluso más amor!