Pese a lo espectaculares que puedan lucir sobre el cielo, los petardos son extremadamente dañinos, puesto que aumentan los índices de contaminación; provocan severas quemaduras y son capaces de alterar el ritmo cardíaco de los perros dificultándoles el respirar y conduciéndolos a una inminente muerte.
Lamentablemente, esto fue lo que sucedió durante los primeros minutos del nuevo año con un hermoso perrito bulldog inglés llamado Leónidas, cuyo corazón no pudo soportar la ansiedad generada por los fuegos artificiales y murió en los brazos de su humano, llamado Dante Vílches.
Leónidas era un perrito muy alegre con un gran talento musical
El perrito de tan solo un año de edad siempre mostró sentir un gran temor por el intenso estruendo de los petardos, tal como sucede a todos los amigos peludos, por lo que su humano decidió pasar la noche de Navidad en casa para poderlo cuidar mejor. No obstante, su familia logró persuadirlo de festejar el Año Nuevo fuera de su hogar y, aunque hizo todo para mantener a Leónidas tranquilo, sencillamente su corazón no pudo resistir.
Fue así como lo que parecía ser una noche en familia se convirtió en la peor de las tragedias. Pocos minutos antes de que el reloj marcara las 12, Leónidas ya lucía bastante alterado, pero la situación se tornó incontrolable con la llegada del Año Nuevo.
“Leónidas solo quería salir corriendo del cuarto donde nos encontrábamos para estar más tranquilo. Estaba realmente nervioso, lo metí al auto y lo llevé de emergencia a la Veterinaria Rondón. Él pobre no podía dejar de defecar, estaba totalmente descontrolado”, dijo Dante.
El abatido hombre llegó en cuestión de solo 7 minutos hasta la veterinaria, sabía que era cuestión de vida o muerte y estaba decidido a hacer lo que fuera para salvar la vida de su mejor amigo.
“En la veterinaria le pusieron oxígeno, pero estaba tan nervioso que mordió la máscara. Yo traté de sacarle la lengua para que no se hiciera daño y me mordió la mano. Empecé a sangrar bastante, pero no me importó, solo quería que él estuviera bien. Luego se recuperó un poco, su lengua se puso rosadita, pero su corazón estaba muy afectado. No reaccionaba pese a los medicamentos y una hora después, no resistió más. En febrero hubiera cumplido 2 años de edad”, mencionó el hombre.
La repentina muerte de Leónidas dejó muchos corazones llenos de dolor. Era un perro amado por su familia y todo el que tuvo la fortuna de conocerlo lo describía como un perro muy cariñoso. Su personalidad era tan encantadora que su recuerdo permanecerá por siempre.
Lo ocurrido con este pobre bulldog es una prueba más de lo dañinos que pueden resultar los fuegos artificiales. Por ello, lo mejor es tratar de mantener a nuestros perritos en un lugar tranquilo y asegurarnos de hacerlos sentir protegidos para que no terminen siendo víctimas de la ansiedad que les provoca.
¡Comparte esta emotiva historia con todos tus amigos y digamos NO al uso de fuegos artificiales, existen cientos de formas más sanas de disfrutar en familia!