Los perros son seres verdaderamente leales, no solo con los humanos sino también con otros perros con los que llegan a establecer enormes lazos de amistad que pueden durar toda la vida. Un rescate realizado por Sidewalk Specials dejó a los rescatistas profundamente conmovidos al comprobar una vez más el enorme corazón que tienen estos animales.
El rescate tuvo lugar en la Ciudad del Cabo en la costa de Sudáfrica.
La fundación recibió una llamada sobre un perro que había sido abandonado en los muelles, por lo que lo bautizaron Puerto. Cuando llegaron allí se dieron cuenta de que se encontraba en terribles condiciones y necesitaba con urgencia de algún alma caritativa que pudiera darle un nuevo hogar y ayudarlo a recuperarse. Sin embargo, poco después la fundación recibió una nueva llamada y entendieron que todavía tenían mucho trabajo por delante.
Puerto logró conseguir a alguien y ahora vive felizmente en una granja.
En el mismo lugar alguien había abandonado a otra perrita. Se dirigieron allí lo más rápido posible y la encontraron sumamente asustada, no podía para de temblar. La perrita se notaba hambrienta y aterrada, pero cuando entendió que esas personas estaban allí para ayudarlas, decidió hacer algo más.
“Queríamos sacarla de allí, pero ella parecía querer mostrarnos algo. No se iría de allí sin su amiga”.
La perrita guió astutamente a los rescatistas hasta la parte de atrás de un automóvil en donde había otra perrita. Se trataba de una amiga que se encontraba tan hambrienta y aterrada como ella. Los rescatistas sabían que no podían dejarlas allí abandonadas a su suerte.
“Las perritas se estaban congelando, estaban enfermas y además se estaba acercando una tormenta”.
El primer perro que había sido rescatado en el puerto había corrido con mucha suerte y muchas personas se habían ofrecido a ayudarlo, así que comenzaron a contactar nuevamente a todas estas personas en un desesperado intento de lograr salvar la vida a estas dos asustadas perritas.
La fundación no contaba con los recursos para cubrir los gastos médicos que las perritas necesitaban.
La fundación estaba esperando por un verdadero milagro, ya que tenían fecha límite para poder ser adoptadas. Fue entonces cuando un alma caritativa decidió abrirles las puertas de su casa y las llamó Hope y Grace-Kelly.
Las dos perritas fueron adoptadas juntas puesto que no estaban dispuestas a separarse.
Después de permanecer un tiempo en hogares temporales, estás lindas perritas logran ser adoptadas y formar parte de una familia donde nunca les volverá a faltar la comida y el amor.
“Grace adora jugar. Masticar zapatos es su juego favorito. Hope es más tranquila y adora recibir mimos. Ahora son parte de una gran familia”.
Estas lindas perritas demostraron que no estaban dispuestas a abandonar a quienes más quieren en momentos tan críticos para ambas.
Te invitamos a compartir esta conmovedora historia que demuestra lo mucho que los perritos saben valorar una buena amistad.