En el centro-sur de la india, en el estado de Maharashtra, ocurrió uno de los eventos más polémicos, una lucha por los derechos de unos de los animales en peligro de extinción más conocidos en el país.
Una tigresa apodada T-1 fue acusada de haber matado a más de 13 personas y luego huir sin dejar rastro alguno.
Fue rastreada por un equipo de más de 150 personas por toda la región usando todo tipo de técnicas de búsqueda, como parapentes para visualizar la zona de forma aérea, y usando cámaras infrarrojas para mantener vigilados los lugares ya revisados.
T-1 era conocida como una tigresa devoradora de hombres
Por último, usaron una técnica poco usual, pero muy efectiva para atraer a la felina gigantesca.
Fue persuadida a esconderse en los bosques de Maharashtra utilizando una colonia masculina de la marca Calvin Klein conocida como Obsession For Men.
Los expertos dijeron que la fragancia contenía civetona que hacía que los tigres buscaran la fuente del olor, dando vueltas y enloqueciéndose como si fuera un pequeño gato juguetón.
Pero el uso de la fuerza por parte de los cazadores no estaba del todo permitido.
Al lograr localizarla, ocurrió el peor de los finales. Uno de los cazadores le disparó y mató a la hembra con un sólo disparo, luego de que el animal atacara a un guardabosques que le había disparado un dardo para tranquilizarla.
T-1 fue baleada por Asghar Ali Khan, hijo del cazador más famoso de la India, Nawab Shafath Ali Khan, quien estaba destinado a dirigir la caza, pero quien finalmente no pudo estar presente.
El cuerpo de la tigresa T-1 fue llevado a un centro de rescate en Nagpur, donde se regó la noticia de que la devoradora de hombres había sido eliminada.
La forma en que se manejó la situación ha desatado mucha polémica.
Los aldeanos locales celebraron la muerte de la tigresa con petardos, pero grupos de defensa de los derechos de los animales consideraron poco ética su actitud, ya que, aunque haya ocurrido la muerte de esas 13 personas, ellos defienden a la bestia aclarando que lo más probable es que ésta sólo estaba protegiendo a sus crías.
Aunque la Corte Suprema de la India emitió una orden de caza para T-1, dictaminando que se usaría fuerza letal sólo si los tranquilizantes no funcionaban, los impulsivos disparos que se vieron los consideraron sólo una forma de calmar la “sed de sangre” del cazador.
Aunque el daño ya fue hecho, muchas personas siguen luchando por la injusticia vivida.
Los funcionarios forestales reconocieron a los medios de comunicación indios que no había ningún veterinario presente durante la caza, como lo exige la orden del Tribunal Supremo, lo cual volvió mucho más controversial la situación.
India ha lanzado una gran campaña para aumentar el número de tigres. En el último censo de tigres en 2014, el número había aumentado a más de 2.200 desde un mínimo de menos de 1.500.
Pero la propagación urbana a medida que crece la población de 1,25 billones se ha consumido cada vez más en el territorio de los animales salvajes.
¡Te invitamos a compartir esta historia con otras personas para que cada día más personas luchen por los derechos de especies en peligro, después de todo la preservación de la diversidad de la fauna esta en nuestras manos!