Stephanie Herfel es una mujer de Wisconsin, Estados Unidos, que protagoniza junto a su perro una historia que ha impresionado a millones de personas. Sierra es el nombre del husky siberiano que tiene como mascota, en 2011, el hijo de Stephanie que es parte de la Fuerza Aérea le regaló a la perrita antes de irse al extranjero.
Stephanie, de 52 años, estaba padeciendo dolores severos en el área abdominal, después de ir al médico le diagnosticaron un quiste. La enviaron a casa con analgésicos para el dolor.
Su perrita olfateó su abdomen y huyó aterrorizada escondiéndose acurrucada en el armario.
“Puso su nariz en mi vientre y olfateó tan intensamente que pensé que podía haber derramado algo en mi ropa que atrajera su atención. Lo hizo una segunda vez, y después una tercera. La última vez, Sierra se fue y se escondió”, relató Stephanie.
“Verla tan asustada era espeluznante. Pedí una cita con un ginecólogo y en cuestión de semanas a través de un análisis de sangre y una ecografía tenía el diagnóstico, terminé reunida en una sala con un grupo de oncólogos que me informaron que tenía cáncer en etapa 3C”, continuó.
Así fue como Stephanie fue diagnosticada con cáncer el 11 de noviembre de 2013.
Poco después fue sometida a una histerectomía completa, y extirparon su bazo, luego, le administraron sesiones de quimioterapia hasta abril de 2014.
Cuando terminó el tratamiento de quimioterapia disfrutó de un viaje a Disneyland, los dos años siguientes sufrió recaídas, lamentablemente el cáncer había regresado afectando su hígado y el área pélvica.
En ambas oportunidades, su perrita detectó con su olfato la presencia del cáncer tal como lo hizo la primera vez.
David Kushner, su oncólogo tratante, dijo que la habilidad de la perrita para haber detectado el cáncer con su olfato no era casualidad, había conocido casos de otros perros de diversas razas con esta extraordinaria habilidad. El olfato de los perros para detectar las células cancerígenas había sido preciso en el 98% de los casos facilitando el diagnóstico de diversos tipos de cáncer.
“Le debo mi vida a ese perro. Ella realmente ha sido un regalo para mí. Ella nunca se ha equivocado”, dijo Stephanie.
La perrita también reaccionó de la misma forma ante la presencia de una amiga de Stephanie que también padecía cáncer de ovario.
De acuerdo con información de American Cancer Society el cáncer de ovario afecta a 22.240 mujeres anualmente en Estados Unidos y aproximadamente el 70 por ciento sufre recaídas, sobre todo si la enfermedad se diagnosticó en una fase avanzada.
Actualmente Stephanie está libre de cáncer, toma una dosis diaria de pastillas como parte de una quimioterapia para reducir el riesgo de recaídas.
A pesar de que a Stephanie le preocupa que la enfermedad reincida, ha superado los pronósticos que le daban como expectativa de vida cinco años y mantiene una actitud positiva.
Recientemente, se unió a la junta directiva de Wisconsin Ovarian Cancer Alliance para escribir un libro sobre su perrita Sierra que demuestre la inteligencia y capacidad de los animales en detectar el estado de salud de su dueño está en peligro.
Es extraordinario cómo Sierra salvó la vida de su amada dueña, es importante prestar atención a la conducta de nuestras mascotas y comprender el mensaje que intentan comunicarnos cuando algo les preocupa, jamás hay que subestimar su inteligencia. ¡Compártelo!