Una mujer se encontraba en Ohio cuando escuchó la conversación de un hombre hablando sobre los terribles planes que tenía para su perro. La mujer tuvo la impresión de que se trataba de algo que ponía en serio peligro la vida de un perrito, así que decidió acercarse. Después de unos minutos escuchó que el hombre era un cazador y uno de sus perros se negaba a cazar, de modo que planeaba darle un serio castigo.
El perrito tenía tan sólo 14 meses de edad cuando su dueño decidió que ya no le servía.
Se trataba de un inocente beagle y su dueño planeaba quitarla la vida por la sencilla razón de que el perro no parecía dispuesto a cazar. La mujer no se pudo contener y decidió hablar con el hombre y pedirle que le dejara encontrar alguna fundación que se hiciera cargo del perrito.
El perrito fue bautizado como Jeffrey por su salvadora.
La gente del Rescate y Santuario Hound se enteró de lo sucedido y acudieron inmediatamente a la casa en donde se encontraba el perrito. Schenley Hutson fue la encargada de llevar al perrito al refugio y una vez que vio el lugar en el que vivía se dio cuenta de que el pobre perrito estaba en una situación verdaderamente deplorable.
El perrito estaba viviendo en un barril lleno de paja y completamente infestado de pulgas.
El perro se veía verdaderamente aterrado, pero a pesar de que no paraba de temblar también era muy tierno y amoroso con su rescatista. Un veterinario le hizo un chequeo completo y se dio cuenta de que el perrito estaba sufriendo una severa reacción alérgica a las pulgas.
Aparte de su alergia, el perrito se encontraba en muy buen estado de salud.
A pesar de haber llevado una vida tan dura, el perro era muy amoroso y no hacía más que pedir mimos a todas las personas que se acercaban a él. Todavía había muchas cosas a las que les costaba acostumbrarse, pero parecía simplemente feliz de saberse rodeado de mucha gente.
“Los sonidos fuertes lo asustaban. Nunca había vivido en una casa, así que le asustaba el sonido de la cafetera o de la tostadora”.
Ahora Jeffrey ha logrado salir poco a poco de su burbuja y cada vez se muestra más juguetón y feliz de conocer gente nueva. Uno de los momentos más tiernos que vivió en el refugio fue el instante en el que le entregaron un juguete.
“Es muy triste pensar que es su primer juguete. Nunca había tenido uno hasta ahora”.
Pronto este hermoso perrito se encontrará disponible para buscar su hogar definitivo y podrá empezar una nueva vida lejos de la horrible amenaza de recibir un disparo por no querer cazar.
Te invitamos a compartir esta nota para unirnos en contra de la caza furtiva y de la terrible presión a la que someten a los perritos para que participen en estas actividades.