Las relaciones de amor y amistad en la vida son fundamentales para el desarrollo emocional de las personas, pero hay vínculos tan poderosos que no existen palabras que puedan explicar la increíble conexión y dependencia que se generan, tal como sucede con el vínculo materno-filial.
Probablemente ninguna madre de la tierra haya experimentado tanto amor en su corazón como el que se siente por un hijo, y aunque el amor no siempre es recíproco, hay hijos agradecidos que del mismo modo darían la vida por sus madres.
Una grandiosa manifestación de ese amor es lo que sucedió con este bebé koala, Phantom y su madre Lizzy.
La madre fue atropellada mientras intentaba cruzar la carretera en la autopista Warrego, en Coominya, al oeste de Brisbane, Australia, según informó el zoológico de Australia.
La pobre Lizzy resultó gravemente herida, pero su peor preocupación era que llevaba a su pequeño Phantom dentro de su bolsa y temía por su vida.
Pero afortunadamente unas almas bondadosas se dieron cuenta de lo ocurrido y trasladaron inmediatamente a ambos animales al Australia Zoo Wildlife Hospital,fundado por «El Cazador de Cocodrilos» Steve Irwin. Allífueron atendidos de urgencia.
El pequeño Phantom resultó totalmente ileso, pero su madre no corrió la misma suerte…
Después de examinarla descubrieron que sufrió un daño facial, tenía un traumatismo torácico y un pulmón colapsado. Por lo que decidieron operarla de inmediato.
Pero ciertamente todos temían por el bebé, se mostraba totalmene desolado y se resistía a apartarse de su madre herida. Así que el personal del hospital tuvo el mayor gesto con el pequeño… ¡Le permitieron quedarse junto a su madre!
Phantom se aferró a Lizzy durante toda la cirugía.
Lo bueno es que todo salió bien, y Phantom pudo confortar a su madre, a la vez que él se sintió seguro sabiendo que nada malo le podía pasar si permanecía a su lado.
“Phantom estuvo con Lizzy durante sus procedimientos y chequeos para asegurarnos que ni la mamá ni el bebé estén estresados”, mencionó el personal del hospital.
El bebé de apenas medio kilo se aferró a su madre durante toda la cirugía a la que fue sometida para salvar su vida.
Phantom tenía sólo 6 meses de edad cuando su madre fue atropellada mientras él estaba en su bolsa.
El pulmón de la madre fue arreglado y tras un mes de una recuperación completa, comunicaron la feliz noticia que todos estaban esperando: Lizzy y Phantom pudieron ser liberados y regresaron a la naturaleza.
Los koalas son nativos de Australia y son animales asociales que solo crean lazos cuando son bebés y solo con sus madres.
La historia de Phantom y Lizzy ha dado la vuelta al mundo, a pesar de que ocurrió hace 3 años, son millones los usuarios de las redes que recuerdan la gran lección de amor que el pequeño dio a mundo al no querer separarse de su madre.
Y la gran compasión del personal por permitírselo demuestra que todavía podemos espera cosas buenas de la huamanidad.
¡Cuánto nos queda por aprender de los animales! Comparte esta conmovedora noticia con tus amigos.