Lo primero que hizo levantar las alarmas fue el insoportable olor... Era un caluroso día de verano en Praga, y acababan de abrir un congelador desenchufado lleno de restos podridos de tigres, leones y pumas. Pavla Rihova, la responsable en la escena, que se ha dedicado durante 25 años a las tareas de inspección, dijo que nunca había visto nada igual. ¡Estaba horrorizada!
«He estado trabajando para la inspección durante 25 años … Pero la situación allí fue realmente horrible. Si te puedes imaginar: un viejo congelador, sin electricidad, lleno de carne y cadáveres, en el jardín durante dos años. Absolutamente increíble», dijo.
ADVERTENCIA: Las imágenes pueden herir la sensibilidad de algunas personas
Los inspectores desenmascararon el interior de una granja ilegal de tigres masacrados. Lo que encontraron es abolutamente perturbador: un tigre que había sido matado recientemente con un disparo al cuello para mantener intacta su piel, y en la misma habitación una enorme olla donde cocinaban los restos, llena de carne y huesos no identificados.
Descubrieron que con los restos de carne y huesos se hacían cubos de caldo para comercializar en el mercado de medicina tradicional china, donde son altamente valorados.
Esta redada ha sido la culminación de 5 años de investigación de la policía checa, las autoridades aduaneras y los inspectores ambientales.
Aseguraron haber descubierto una banda organizada de delincuentes checos y vietnamitas, quienes serían los responsables de haber torturado y asesinado cruelmente a los grandes felinos para lucrarse de ellos.
Por la piel de tigre se puede ganar entre 2.000 y 4.000 euros, 100 por las garras y, por los huesos, convertidos en cubos de caldo, hasta 60 euros el gramo.
Pero lo más indignante de todo es que los funcionarios de toda Europa se están comenzando a dar cuenta de que las granjas ilegales de tigres no son solo un problema en el sudeste asiático, sino que también operan en el centro de la Unión Europea.
«El tigre que descubrimos fue torturado para que la piel permanezca intacta y se pueda vender en el mercado negro», explicó Robert Šlachta, agente de la Dirección de Aduanas.
La cocción de la carne de tigre, y todas sus partes incluídas las pieles, los dientes y las garras, les habría tomado alrededor de 5 a 12 días, y estaban destinadas a fines comerciales.
Aunque el transporte de estos animales está estrictamente controlado, se descubrió que en la República Checa el papeleo era un auténtico desastre: los tigres se exportaban varias veces, desaparecían por completo o no se registraban sus muertes.
Además, su tasa de mortalidad resultó ser sospechosamente alta. Si en los zoológicos o en la naturaleza los tigres pueden vivir más de 20 años, en la República Checa, morían antes de llegar a los cinco años.
Fue en 2013 cuando los investigadores descubrieron esta granja ilegal al encontrar huesos de tigre en el vehículo de un ciudadano vietnamita.
A partir de ahí, dieron con una familia circense que criaba tigres y leones, que estaban relaciondos con un taxidermista que cocinaba a los animales.
Los tres detenidos han sido acusados de delitos relacionados con el comercio de especies en peligro de extinción y por matanza ilegal.
«El mundo ya ha perdido más del 90% de sus tigres. Hacemos un llamado a la comisión europea para proteger a los tigres en peligro de extinción y prohibir el comercio comercial de tigres criados en cautividad. Los comerciantes de tigres y su negocio cruel ya no deberían tener un lugar en la UE «, dijo Kieran Harkin de la organización benéfica Four Paws.
Seamos la voz de estos inocentes animales. No podemos callar más, es preciso que estas redes clandestinas reciban el castigo justo, proporcionado a su crueldad.
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