Es sorprendente la cantidad de sorpresas que se nos puede presentar durante el día, desde un gran desayuno en la cama hasta un ascenso en el trabajo, pero más grande fue la sorpresa de Elysia Caris al descubrir, en el lugar menos esperado, a quien sería su nuevo compañero de piso.
Elysia, después de un largo día trabajo, decidió dar una caminata hasta su casa por las calles de la ciudad de New York, cuando de repente, en medio de todos los sonidos de la ciudad, escuchó un leve maullido.
De inmediato, buscó el lugar de donde provenía este sonido, hasta que logró observar una patita sobresaliendo debajo de un pequeño espacio debajo de una puerta metálica. Al asomarse para ver lo que estaba sucediendo, pudo ver a un pequeño gato que se encontraba en este espacio sumamente pequeño y apretado, lo que hacía imposible el poder alcanzarlo y sacarlo de ahí.
El pequeño estaba muy asustado y con frío.
Después de mucho pensar, decidió que lo más correcto era comprar algo de comida para gatos en una tienda cercana para tener éxito en esta enorme tarea, y así lo hizo. Sin embargo, este gatito estaba muy asustado como para asomarse tan sólo un poco, y por el contrario, cada vez que escuchaba algún auto o persona cerca, se adentraba más en el lugar.
Estaba tan hambriento que se comió toda la lata en un momento.
Fueron varios intentos sin éxito los que hizo Elysia, hasta que se dio cuenta que ella no podía estar mucho tiempo más allí, ya que estaba haciendo mucho frío, así que colocó toda la comida de gato debajo de la puerta para que el gatito comiera y se fue a su casa, sin dejar de pensar en cómo sacarlo de ese estrecho espacio.
Hablando con los residentes del lugar, Elysia se enteró de que él llevaba varias semanas allí, cosa que hizo que se decidiera a sacarlo a toda costa. Al día siguiente, compró otra lata de comida para gatos, pero esta vez la colocó en su mano para poder sacarlo de esa horrible brecha en la primera oportunidad que tuviera.
En este punto ya mostraba más confianza, y salió del pequeño espacio muy rápido.
Por suerte, el gatito estaba más calmado y empezó a comer de la mano de Elysia, así que cuando salió lo suficiente, lo agarró y lo llevó a su casa.
Al principio estaba un poco inquieto y asustado por su nuevo hogar, pero minutos después de explorar un poco y darse cuenta que por fin estaba a salvo en un lugar caliente y cómodo, se calmó y descansó frente al calefactor. Ya todo lo malo había pasado.
¡A este pequeño le espera un gran futuro!
Ya en su casa y debido a todo lo que había sucedido, Elysia decidió quedarse con el gatito y llamarlo Ying. Un par de días después, en su primera visita al veterinario, todos quedaron sorprendidos de lo sano que estaba a pesar de haberse encontrado en un lugar tan poco higiénico como era esa brecha.
¡Le encanta jugar con Elysia y sus peluches!
Ying sólo tenía unas cuantas garrapatas y un poco de suciedad en las orejas, pero después de una buena limpieza y varias vacunas, ya estaba listo para volver a su hogar con su compañera.
¡Mira lo tierno y feliz que se ve!
Sin duda, haber rescatado a Ying fue la mejor elección que pudo haber hecho Elysia, pues no sólo le brindó un hogar, sino que además se ganó al mejor compañero que podría tener, y esto es algo que no tiene precio.
Te invitamos a compartir esta historia con otros para motivarlos a ayudar a aquellos que lo necesitan. ¡Podrían conseguir a su compañero perfecto!