Hay personas que llegan en los momentos que más las necesitan para lograr hacer cosas increíbles, como salvar una vida. Jordan Ring estaba de paseo cerca de un estanque cuando por casualidad vio un animalito a las orillas.
Al acercarse todo parecía perdido, pues el animalito era un conejito bebé, tenía un aspecto terrible, estaba completamente empapado y estaba en una posición extraña. Pero él no está dispuesto a rendirse tan fácilmente y perder así la vida.
El pequeñín estaba empapado y aturdido.
Así que él comenzó a darle pequeñas compresiones con sus dedos durante minutos, hasta que por fin el conejito comenzó a respirar y abrir sus ojos e incluso logró hacer unos sonidos.
El pobre conejito, al que el joven llamó Bugs, estaba algo adolorido y completamente inmóvil; el frío le estaba afectando más de lo normal, pero Jordan estaba ahí para ayudarlo y comenzó a secarlo con una servilleta lo más que pudo hasta que por fin se lo llevó a casa.
El pobrecito estaba agotado.
Una vez en casa, el muchacho utilizó un secador de cabello para terminar de hacer su trabajo y durante varios minutos secó el hermoso pelaje del conejito hasta que por fin quedó otra vez esponjoso, pero todavía el pequeñín no se movía mucho.
Qué pelaje tan esponjoso.
Jordan no podía hacer nada más que dejar al animalito descansar, así que le hizo una camita, con un envase plástico, una mantita y una servilleta para cubrirlo, en la que dormía en su baño.
También le dejó algo de comida para cuando se despertara. Él volvió al lugar en el que consiguió al conejito y se encontró que el estanque era el hogar de muchos patitos también, quizá el conejito estaba intentando seguir a uno de ellos cuando descubrió que su técnica de nado no era muy buena.
De seguro ellos fueron los culpables de las aventuras acuáticas de Bugs.
Tras su visita al lago, el joven se dispuso a volver a casa para encontrar esta vez a Bugs completamente repuesto, descansado en su camita, era como un conejito nuevo.
Después de un rato el pequeñín se atrevió incluso a explorar la casa, pues el muchacho lo consiguió escondido en una esquina de su baño. Por fin, el conejito se estaba moviendo, Jordan podía estar tranquilo ahora, sabiendo que no le había afectado físicamente su pequeña aventura acuática.
Su espíritu aventurero seguía intacto.
Jordan puso a Bugs de nuevo en su camita para llevarlo al lugar donde lo había encontrado y ahí se despidió de una manera emotiva del pequeñín, preguntándose si sus amigos lo extrañarán.
¡Qué tierno se ve descansado en su camita!
Él confesó que aunque le habría gustado quedarse con el conejito, después de todo lo que habían pasado eso no sería lo correcto. Él está seguro que el pequeñín tendrá una mejor vida en su hábitat natural, mientras no se eche más chapuzones.
Not on my watch, Bunny!* For licensing / permission to use: Contact – licensing(at)jukinmediadotcom
Publiée par Jordan Ring sur Jeudi 10 mai 2018
Este valiente muchacho es un ejemplo de lo increíble que pueden ser algunas personas, que sin importar cuan pequeña pueda ser una criatura que esté en peligro, ellas están dispuestas a darlo todo por salvar una vida inocente que puede traer felicidad a este mundo.
¡Te invitamos a compartir esta historia con otras personas para se inspiren a hacer una buena acción este día, así como este muchacho la hizo!