Un trabajador de mantenimiento se disponía a revisar una tubería rota en una residencia de Wichita, Kansas, pero justo al entrar al apartamento en el que estaba la falla supo que algo andaba mal con ese lugar.
Al abrir la puerta del departamento se encontró con un olor horrible y lo primero que vio fue una pequeña jaula para perros que estaba en la esquina de la habitación. Al revisar la jaula vio que había dos perritos de 7 meses, y aunque los dos se veían desesperados por salir de ese lugar, por algún motivo, no hacían ningún ruido.
Los pobres cachorros estaban asustados y adoloridos
La jaula en la que estaban los perritos encerrados estaba llena de orina y heces, lo que le parecía aún más extraño pues parecía que ellos tenían días encerrados en la jaula y aun así no hacían ningún tipo de ruido para pedir ayuda.
Cuando el trabajador se dispuso a examinar bien a los perros utilizando su linterna para iluminar la jaula se encontró con algo impactante: ¡Los dos perritos tenían sus hocicos atados y sus narices estaban muy hinchadas!
Alarmado pero dispuesto a no abandonar a los pobres animalitos, el trabajador llamó a su amiga que trabaja para el refugio de animales Wichita Animal Action League. Sin saber qué aconsejarle, su amiga Sarah Coffman le dijo que esperara mientras ella llevaba refuerzos.
Por más que quisieran, estos dos cachorritos nunca habrían podido pedir ayuda
Sarah junto a los oficiales de Control Animal llegaron a la residencia y extrajeron a los perritos a los que llevaron al veterinario inmediatamente. Una vez allí Sarah se impactó al averiguar qué era lo que mantenía a los perritos en silencio.
Al rescatar a los perritos, todos asumieron que ellos tenían un cable amarrado alrededor de sus narices, pues estaba demasiado ajustado, pero el veterinario al examinarlos más detalladamente encontró que en realidad eran ligas para el cabello, con un diámetro no mayor al de un pulgar.
Los dos perritos tenían, cada uno, dos de estas ligas alrededor de sus hocicos. El veterinario llegó a la conclusión que las llevaban puestas desde al menos 12 o 24 horas.
El procedimiento fue complicado, pero los pobrecitos resistieron un poco más
El veterinario utilizó unos fórceps para estirar las ligas y así poder cortarlas. Tras cortar las ligas, los perritos lograron dar unos alaridos mientras que la sangre les volvía a sus narices, la escena era tan desgarradora que la pobre Sarah y los oficiales no pudiron contener las lágrimas.
Si los perros hubieran pasado unas horas más con las ligas puestas podrían haber sufrido graves daños en sus tejidos, perdida del olfato o inlcuso morir. Los pequeñines fueron salvados justo a tiempo.
Después de un largo baño, los dos cachorritos, llamados Westley y Debbie, pueden ver y oler mucho mejor. Aunque sus hocicos siguen un poco delicados, se espera que se recuperen por completo, mientras tanto están tranquilos recuperándose en su casa adoptiva temporal.
Al fin están a salvo estos cachorritos, ahora sólo les queda recuperarse
Esta historia es otra muestra de cuán resilientes pueden ser los perros tras terribles tragedias, ahora que han dejado todo atrás, estos dos perritos están jugando y acariciándose con sus rescatistas, la están pasando muy bien en este nuevo refugio.
Pronto los perritos podrán ser puestos en adopción, algunas personas ya han mostrado interés en ellos, pero a diferencia de los perritos, sus rescatadores no han podido superar su tragedia tan rápidamente.
Todo el sufrimiento quedó atrás, ahora estos cachorros viven felices nuevamente
Update on the rubber band puppies! They’re loving foster care and their foster mom-dog. If only people could be this resilient. ?If you’ve applied to adopt them, we HAVE received it! Please keep in mind they are technically evidence and they can’t go anywhere for quite a while. We’re getting thru the apps as quickly as possible and we’ll be in touch. Thank you all for your continued support in our mission and these puppies. ?
Publiée par Wichita Animal Action League sur Vendredi 14 septembre 2018
Sarah se pregunta ¿Qué habría sido de esos pobres perritos si la tubería no se hubiera roto? Quién habría imaginado cuanta felicidad podía traerle a la vida de alguien una tubería dañada. Cosas como éstas te hacen querer ir a abrazar a tus mascotas y no dejarlas ir más nunca.
¡Te invitamos a compartir esta historia con otras personas para que recuerden siempre darles todo el cariño a sus mascotas y nunca abandonar a un animal necesitado!