Tras viajar para asistir a una boda esta pareja recibió una sorpresa inesperada justo cuando disponían a volver a su hogar.
Andrew y Christine viajaban en su automóvil tranquilamente, se dirigían a Seattle por una autopista a las afueras de Dallas, cuando en cuestión de segundos se dieron cuenta que en su vehículo tenían a un pasajero inesperado.
Andrew se apresuró a estacionarse tras escuchar algo inusual
En su auto se desató el caos cuando escucharon unos maullidos, Christine le preguntó sorprendida a Andrew si había un gato dentro del auto. Se estacionaron para buscar al gatito cuando se dieron cuenta que los maullidos se escuchaban cada vez más fuerte y que provenían de los ductos de ventilación del aire acondicionado de su automóvil.
Sin perder más tiempo se dispusieron a destapar el capó del auto para buscar al gatito, pero no daban con su paradero, sólo escuchaban sus maullidos. Desesperados y sin saber qué hacer llamaron al departamento de bomberos de Dallas en busca de ayuda.
Los bomberos estaban sorprendidos
Durante al menos una hora, los bomberos hicieron todo lo posible por liberar al gatito, incluso intentaron llamar su atención ofreciéndole comida de perro al hambriento gatito para que saliera de su escondite, pero al final todos sus esfuerzos fueron inútiles pues su cabeza no cabía en la única salida visible.
El pequeñín moría de hambre, pero no podía salir del agujero
Así que los bomberos decidieron que la única forma de liberarlo era llevando el auto a un taller, que se encontraba cerca en la salida de la autopista, para que desarmaran las piezas que bloqueaban la salida del felino.
Finalmente, los bomberos precedieron a escoltar a la pareja hasta el taller. El camino se les hizo muy largo, pues por precaución, no podían conducir a alta velocidad. Peor aún, para la pareja los minutos se hicieron una eternidad, pues el pequeñín no volvió a maullar y la pobre Christine presentía lo peor.
Los bomberos hicieron todo lo que estuvo a su alcance para ayudar al gatito
Una vez en el taller, pidieron ayuda a los mecánicos, quienes se sorprendieron de tan curioso contratiempo. Los mecánicos se pusieron en marcha rápidamente y montaron el vehículo en un elevador hidráulico.
Teniendo el auto en una posición más cómoda, estudiaron las posibles soluciones, pero después de 20 minutos llegaron a la conclusión que la única forma de sacar al minino era desarmando el auto, comenzando por el protector del motor, los neumáticos y por último el rin.
Todos los mecánicos unieron sus esfuerzos para ayudar al gatito
Poco a poco más mecánicos se unieron a la misión de rescate y se les ocurrió la brillante idea de utilizar aire para hacer que el gatito se moviera al lugar que habían descubierto para su salida.
Roger, el mecánico que se encargó de desarmar la mayor parte del auto, se metió bajo el vehículo y con agilidad atrapó al gatito y avisó a sus compañeros que subieran el auto nuevamente, pues ya tenía al minino protegido en sus brazos.
Por fin el pequeñín estaba a salvo
Christine cubrió al pequeñín y se lo llevó al baño para tranquilizarlo y, por supuesto, la pareja adoptó al gatito después de tan increíble experiencia. El gato estaba bien, sólo tenía su colita partida y estaba desnutrido, pero Christine y Andrew se están haciendo cargo de él ahora, en su hogar en Seattle.
Nadie en este automóvil tenía idea del día que le esperaba
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