Lamentablemente, los perros vagabundos son sometidos a momentos desagradables y a pasar por muchas necesidades en sus vidas, llegando a hacer todo lo posible por solo buscar un poco de comida, y así poniendo sus vidas en riesgo.
Un ejemplo de ello es la de un canino que se atascó en una jarra plástica mientras iba en busca de comida.
Eva Kordusky vive en Virginia Occidental, Estados Unidos, y es la presidenta y coordinadora de la organización Boone Animal Rescue Coalition, BARC, una asociación voluntaria sin fines de lucro comprometida con el rescate de los animales callejeros. De la mano de esta organización, un canino atascado en un jarrón fue salvado.
Unas semanas atrás, Kordusky recibió un llamado de emergencia de parte de un cartero, quien mediante su recorrido normal de trabajo, vio a un canino con una jarra plástica atascada en su cabeza. Según contaron algunas personas que vivían cerca del lugar donde el perro había sido visto, el canino había estado buscando algo de comida cuando en la basura encontró un jarrón plástico donde en algún momento fueron envasadas pequeñas bolitas de queso, y tratando de lamer las migajas restantes terminó atascando su cabeza.
La mujer preocupada, de inmediato fue hasta el lugar donde había sido visto el perro por última vez, pero desafortunadamente, él ya no estaba ahí.
La mujer decidió poner una trampa con un poco de comida, pero el canino al tener la cabeza atascada no podía comer ni beber absolutamente nada, así que los resultados de ese plan fueron negativos.
Nikki Bell, una mujer amante de los animales, fue una parte esencial para el rescate del canino, ella junto a una gran parte del vecindario ayudaron a la agrupación organizando grupos de búsquedas.
Después de unos cuantos días de búsqueda, lograron ubicar al canino en un garaje. BARC, junto a los miembros del vecindario y el dueño de la casa, intentaron en un principio encerrar al canino en el garaje cerrando la puerta automática en el momento que él visitara el lugar, pero la puerta era muy ruidosa y el perro al percatarse, salía huyendo del miedo.
“Casi lo logramos dos veces, pero no quería que lo atraparan, y fue increíble que incluso después de tener su cabeza atrapada en esa cosa durante 9 o 11 días, tuviera tanta fuerza para huir”, comentó Kordusky.
El canino siguió visitando el lugar y con un plan en mente pudieron atraparlo satisfactoriamente. Cuando el perro regresó al día siguiente, los rescatistas esperaron que se durmiera para a continuación poner una cerca y a la hora de cerrar el garaje él no se escapara nuevamente.
Con el perro a salvo, un miembro de la organización procedió a llevarlo al veterinario donde fue sedado, y por fin después de 11 días, fue desatascado de la jarra de plástico. Después de las revisiones médicas adecuadas, desafortunadamente y como consecuencias de vivir en la calle, el canino fue diagnosticado con anemia y la enfermedad de Lyme, una enfermedad transmitida por las garrapatas.
Actualmente, el canino nombrado como Jughead, se encuentra viviendo temporalmente con Eva, quien se está encargando de su cuidado y de brindarle todo lo necesario para su comodidad. Jughead, poco a poco ha estado mostrando su verdadera personalidad y está listo para encontrar una nueva familia. Le gusta conocer gente nueva, divertirse, comer muchas golosinas y hasta sabe dar su patita.
“Es un perro despreocupado. Jughead es un perro fantástico y va a ser una gran mascota para alguien”, expresó Eva.
La vida de este canino no ha sido nada fácil. Debido a sus necesidades ha tenido que hacer cosas que le han ocasionado problemas, pero afortunadamente, ya se encuentra fuera de las calles, sano, salvo y en busca de una nueva familia. Puedes ayudar a Jughead realizando una donación aquí.
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