En Estados Unidos una familia debió enfrentar el terrible dolor de la muerte de su perrito llamado Moisés bajo circunstancias verdaderamente indignantes. El director de un refugio lo confundió con otro perro al que le debían aplicar la eutanasia y le provocó la muerte por un grave e irresponsable error.
Lo sacrificaron con una inyección al corazón (heart stick) que es conocida como una manera sumamente dolorosa y brutal para sacrificar animales.
Moisés era la mascota de la familia Wang. Era un pequeño mestizo de labrador muy simpático y querido por su familia. Especialmente por el hijo de 6 años que había creado una conexión muy importante con él.
La familia vivía con su perrito en la localidad de Morton, Illinois.
Los primeros días de agosto un trabajador de mantenimiento entró a la casa de los Wang por la puerta trasera y sin previo aviso. El pequeño Moisés se sobresaltó por la presencia del desconocido, y a pesar de que es un perro que nunca mostró signos de agresividad, su instinto al ver a un desconocido entrar en su casa hizo que lo mordiera. Jennifer y Tony llevaron al hombre a que recibiera atención médica.
En estos casos la ley establece que el evento debe ser reportado a Control de Animales, así que ellos mismos hicieron la llamada.
Llamaron al Control de Animales del Condado Tazawell y allí les informaron que la ley establecía que ellos debían tomar al perro durante un período de al menos 10 días. La familia entendía que era algo establecido por la ley, pero temían por la seguridad de su mascota, apenas era un cachorro.
“Estábamos muy molestos porque no queríamos que nos quitaran a nuestro perro durante 10 días”.
Los siguientes días Tony visitó diariamente a su perrito y le llevaba comida y chucherías para demostrarle que todo pronto estaría bien.
“Cuando recuerdo lo que pasó, siento mucha rabia por no haberme quedado unos minutos más con él. ¿Cómo iba a saber que sería la última vez que lo vería?”.
A la mañana siguiente Jennifer recibió una llamada que sacudió por completo su mundo. El director de refugio le decía muy calmado que había ocurrido un error y que habían sacrificado a su perro. Ella pensó que se trataba de una broma demasiado cruel.
Durante toda su estadía Moisés tenía su collar para que lo identificaran.
Jennifer se dirigió al refugio con su esposo. Cuando llegaron encontraron el cuerpo sin vida de su amada mascota. Interrogaron muchas veces al director, pero aseguró que se trataba de un error y que él no sabía cómo había sucedido.
“Todo lo que me dijo fue que él no sabía y que no estaba seguro de nada”.
Con el corazón roto la pareja se llevó el cuerpo de Moisés para poder cremarlo, pero lo más difícil sería darle la noticia a su hijo. El pequeño pasó toda la noche llorando asegurando que quería ir al cielo para poder estar con su perrito.
La pareja está dispuesta a iniciar acciones legales en contra de la persona que sacrificó a su mascota.
Levantamos la voz en contra del irresponsable procedimiento de este refugio y exigimos que se haga justicia.
Si quieres apoyar a la familia Wang a reunir los fondos para hacer la demanda en contra del refugio, puedes ayudarlos a través de esta página.
Te invitamos a compartir esta trágica noticia para lograr justicia para el lindo Moisés.