Los patos se caracterizan por ser una de las especies más unidas con su familia, por lo que todo el tiempo están juntos. Los patitos nunca se separan de su mamá y pueden seguirla todo el día sin importar las grandes distancias. Son unos seres sumamente curiosos y en ocasiones pueden ser vistos en lugares insólitos, sin embargo, nadie esperara encontrarse con una familia entera de patos dentro de su propia casa.
Esto fue lo que le ocurrió recientemente a James Prettyman, un hombre de Washington, quien quedó totalmente sorprendido al ver a una gran familia de patos apropiarse de su sala sin que él se diera cuenta.
«Estaba sentado, haciendo mis facturas, con todas las carpetas archivadas, trabajando en mi computadora y de repente escuché su quack quack», dijo James Prettyman.
Al escuchar el ruido de los patitos, Prettyman miró sobre su mesa de café, donde estaba una gran pila de revistas y pudo ver a la dulce familia de patos sentada plácidamente sobre el suelo.
James Prettyman trató de sacar a los pequeños patitos de su casa pero ellos tenían otros planes. La mamá pato avanzó hacia la izquierda de la casa y sus siete patitos la siguieron por el pasillo, fueron hacia la cocina y luego al comedor, cantando despreocupadamente el uno al otro durante todo el camino.
Fue entonces cuando vieron una gran puerta de vidrio abierta que conducía al patio trasero de la casa, rápidamente fueron a la terraza, saltaron y caminaron por el patio. Después de un día lleno de travesuras, por fin, abandonarían el lugar.
Los patitos eran bastante pequeños por lo que pudieron salir fácilmente de la casa, saltando entre el pequeño espacio que había entre la valla y la puerta. Sin embargo, la mamá pato era mucho más grande y necesitaba ayuda para salir.
Enternecido por la singular escena, Prettyman abrió caballerosamente la puerta de su casa para que la cariñosa madre pudiera reunirse con sus patitos. Muy feliz y orgullosa, la mamá pato salió lentamente y se unió a sus traviesos bebés en el muelle.
«¿Cuántas oportunidades hay para que la naturaleza pase por tu casa? Fue tan genial», dijo Tom Prettyman, el padre de James.
Sin duda alguna, muy pocos son los afortunados que pueden vivir un momento tan singular y especial como el que vivió James Prettyman. Sin embargo, para que la naturaleza pueda seguir sorprendiéndonos tenemos que cuidar de ella y de cada ser vivo que la conforma, todos son maravillosos y merecen respeto.
¡Comparte esta increíble historia con todos tus amigos y recuerda cuidar de la naturaleza!