Las relaciones con los vecinos pueden ser complicadas y cualquiera podría pensar que no existe el vecino perfecto, pero sin duda Charlie Weiss tuvo la suerte de tener unos vecinos demasiado adorables que ahora son parte fundamental de su día a día. Durante 13 años Charlie vivió en su casa sin interactuar demasiado con sus vecinos, pero todo cambió por completo cuando un peludo muy curioso se mudó a la casa de al lado.
Esta historia toma lugar en la localidad de Winterville, Carolina del Norte
Un día Charlie se encontraba en su porche y comenzó a sentir que alguien lo estaba observando. Preocupado, miró hacia todos lados pero no pudo encontrar a nadie. Como no paraba de sentirse espiado decidió dar un buen vistazo alrededor y se encontró con el talentoso espía.
Se trataba de un hermoso mestizo de pastor alemán que su vecino acababa de adoptar. El perro había encontrado un pequeño agujero en la cerca que divide las dos propiedades, y descubrió lo divertido que era asomarse para ver a Charlie. Desde entonces se volvió rutina y Charlie no podía salir al porche de su casa sin que el perro se encontrara observándolo con mucha curiosidad.
“Era muy gracioso de ver. Su misión era llegar a mi jardín, pero no podía terminar de lograrlo”.
Pero parece que un solo espía no era suficiente. Unos meses después notó que su vecino había adoptado un segundo perro, se trataba de un mestizo de pit bull que no paraba de ladrar cada vez que sentía la presencia de Charlie.
“Decidí saludarlo siempre y ser muy amigable con ellos. Me imaginé que cuando se acostumbrara a mí dejaría de ladrarme”.
En efecto, el segundo perro terminó por acostumbrarse tanto a la presencia de Charlie que decidió unirse a su compañero en las labores de espionaje y también lo miraba graciosamente a través de la cerca.
“Al pastor alemán le encanta que lo mimen. Siempre se asoma y me llama hasta que le hago cariños. El pitbull no es tan cariñoso, pero es muy gracioso porque no deja de asomar su hocico mientras estoy en el porche”.
Charlie no tuvo problemas en aceptar a sus nuevos vecinos que no paraban de meter sus lindas narices en su cerca. Pero un día llegó un tercer perrito que pareció ir mucho más allá. Su vecino había adoptado un tercer perrito negro con blanco. Se trataba de un cachorro muy tremendo que no dudó en trabajar un poco para lograr un mejor vistazo de su vecino.
Este cachorro lograba asomar toda su cabeza, y se mostraba muy orgulloso de su logro para poder conocer y dar un mejor vistazo a Charlie.
“Siempre que me volteo encuentro sus hocicos debajo de la cerca”.
Charlie se ha acostumbrado a sus vecinos, y siempre le alegra saber que los tres dulces perros están allí dándole un vistazo a él y a su casa. Sin duda, estos adorables vecinos hacen que cualquiera disfrute llegar a su casa para encontrar esas lindas narices asomadas.
Te invitamos a compartir estas graciosas imágenes de quienes sin duda son los vecinos más adorables del mundo.