Cuando el corazón dice que sí, no hay caminos que no puedan ser recorridos, y este es el caso de esta mujer con un corazón que se desborda en amor hacia sus cachorros.
Esta mujer vive en Blikkiesdorp, un campamento en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, donde viven algunas de las personas más pobres del país y ante la necesidad de llevar a sus cachorros a la jornada de voluntarios buscó cualquier medio para trasladarlos y que fueran evaluados por los veterinarios.
¡No hubo obstáculo, ni excusa que valiera para esta mujer!
Ella estaba decidida a conseguir el medio para que su perrita junto con sus cuatro cachorros asistiese al veterinario y descubrió una genuina solución para hacerlo.
Colocó a los perritos en un jeep de juguete de niño y amarró un extremo del coche para llevarlos rodando hasta llegar a la consulta de animales a unos pocos kilómetros de su casa.
En Blikkiesdorp la gente vive en pequeñas chozas hechas de planchas de hierro, partes de madera y neumáticos viejos. Pero esto no fue un impedimento para que ella llevara a la familia canina a su revisión médica, y es aquí donde vemos que el ingenio y la necesidad hacen una excelente combinación.
En esta localidad las carreteras están sin pavimentar y llenas de polvo. Los lavados y los inodoros son compartidos entre varias familias. La violencia de pandillas es frecuente, por lo que Blikkiesdorp es uno de los lugares más peligrosos de Ciudad del Cabo.
Hace aproximadamente seis años, personas amantes de los animales iniciaron una organización llamada Tin Can Town, con la finalidad de atender las necesidades de los perros y los gatos de la región.
Esta organización trata en lo posible de rescatar a estos animales de la calle y darles un hogar donde puedan vivir, a pesar de los niveles de pobreza hacen un gran esfuerzo por alimentarlos y no dejarlos a la deriva.
Cada dos domingos, los voluntarios van a Blikkiesdorp para castrar y esterilizar a los perros y a los gatos y administrar tratamientos antiparasitarios y alimentos. También están de guardia las 24 horas del día para ayudar a cualquier animal que lo necesite.
Los voluntarios quedaron sorprendidos cuando visualizaron a lo lejos un coche de juguete empujado por una persona.
La intriga se hizo presente inmediatamente, muchos se preguntaban que había dentro de aquel coche que poco a poco se aproximaba. Finalmente se acercó al lugar y la sorpresa fue aún mayor, se podía ver muy bien acomodada a una familia de perritos.
¡Todos estaban muy cómodos en aquel automóvil de juguete!
Era un día particularmente caluroso, y la mujer había puesto una toalla sobre la madre, que todavía estaba amamantando, para tratar de mantenerla fría. La madre parecía realmente contenta solo sentada allí.
La espera valió la pena. Todos los perritos recibieron la atención necesaria, ahora podían regresar a casa. Todos estaban sanos y saludables.
Todas las personas que tienen mascotas deben ser responsables como esta mujer. Comparte esta historia con tus amigos y familiares, la salud de las mascotas depende de quienes las cuidan.