Las orcas son unos mamíferos de gran tamaño que navegan por todo el mundo. Su dieta se compone de otros animales acuáticos más pequeños y diariamente necesitan consumir alrededor de 200 kg de alimento para sobrevivir. Son unos animales longevos, los machos pueden vivir hasta 60 años y las hembras incluso 90. El periodo de gestación de estos cetáceos es de 16 a 17 meses, se alimentan de leche materna y las orcas suelen tener una cría cada 5 años, por lo que son unas madres sumamente protectoras y cariñosas. Lamentablemente, hace unos días una bebé orca murió y su madre se negó a separarse de ella, conmoviendo al mundo entero con tan apenado gesto.
Según el Centro de Investigación de Ballenas, dedicado al estudio y conservación de la orca residente del sur, el bebé nació frente a las costas de Victoria, Canadá, el pasado 24 de julio y murió 30 minutos después. La angustiada madre, una orca de 20 años llamada J35, empujaba desesperadamente a la cría para evitar que se hundiera, nadando a su lado durante más de tres incansables días.
“Está muy dolida, en este momento no está dispuesta a dejar ir a su cría, seguramente se pregunta por qué, por qué, por qué” dijo Ken Balcomb, fundador del Centro de Investigación de Ballenas.
Al sufrimiento de la mamá orca se sumó el resto de su manada. Los especialistas consideran que los mamíferos sabían que el bebé había muerto y estaban realizando una especie de ceremonia para mitigar el profundo dolor de la pérdida.
“Sabían que la cría estaba muerta. Creo que es un duelo o un acto ceremonial realizado por la madre. Ella no quería dejarlo ir. Probablemente perdió dos crías o más desde su primer parto hace 8 años” señaló Balcomb.
La mamá orca se mantuvo en todo momento junto a su cría, nadando con ella hasta la Isla de San Juan, muy cerca de Eagle Cove. Un habitante logró observar que la manada de orcas parecía estar realizando una ceremonia alrededor del bebé, bajo la luz del atardecer.
“Al atardecer, un grupo de 5-6 orcas se reunieron bajo la boca de la ensenada y formaron un círculo cerrado. Se mantuvieron en la superficie, en un movimiento circular armonioso, durante casi 2 horas. La luz se atenuaba y pude verlas continuar lo que parecía ser un ritual o una ceremonia. Estaban alineadas directamente bajo la luz de la luna, incluso cuando se movía. La luz era demasiado tenue para observar si el bebé aún se mantenía a flote. Fue muy triste y especial ver tal comportamiento. Mi corazón está con J35 y su hermoso bebé, bendita sea su alma” dijo el testigo.
La muerte de la pequeña orca evidencia la creciente problemática de reproducción a la que se enfrentan estos grandiosos animales. La población de orcas residentes del sur está compuesta por tan sólo 75 ejemplares y disminuye rápidamente a niveles preocupantes debido al alto índice de muertes infantiles y embarazos perdidos.
En los últimos 20 años únicamente ha sobrevivido un tercio de las orcas nacidas en el Noroeste del Pacífico y desde hace 3 años su tasa de reproducción ha sido del 0%, por lo que se encuentran bajo una inminente amenaza de extinción. Los investigadores señalan que se encuentran en peligro debido a que se está agotando su principal fuente de alimento, el salmón chinook.
“Las ballenas que se alimentan de peces cada día se hacen más delgadas y su tasa de mortalidad va en aumento. Esta ballena bebé (así como el 100% de los embarazos de los últimos 3 años) fracasó porque las madres no tienen alimento suficiente” mencionó Balcomb.
La supervivencia de las orcas y de los demás seres vivos depende del bienestar ambiental. Por ello, debemos replantearnos la forma en que actuamos con la naturaleza. Los animales sienten tanto o más que nosotros, aprendamos de ellos y respetemos su hábitat.
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