Muchas personas ignoran que cada día se suicidan al menos veinte veteranos de guerra en los Estados Unidos. Esta preocupante cifra representa un desafío para los organismos involucrados, que se esfuerzan por brindar una mejor calidad de vida a estos hombres y mujeres, que sobreviven al dolor de las guerras.
Instituciones como Southeastern Guide Dogs comprenden que los veteranos estadounidenses necesitan algo más que palabras de aliento una vez que se encuentran en casa, tras volver de los conflictos bélicos en los que intervienen.
El afecto y la compañía de un perro puede ser de mucha ayuda para los pacientes con PTSD (Síndrome de Desorden Post Traumático), es por esto que Southeastern Guide Dogs se encarga de críar y colocar en determinados hogares a sus amorosos perros de ayuda.
Estos héroes caninos no sólo están entrenados para apoyar a personas invidentes, también pueden ser amigos incondicionales para aquellos veteranos de guerra con movilidad reducida, pues además de ayudarlos en sus tareas cotidianas, les brindan apoyo emocional.
Cada día crecen más las terapias en las que intervienen los animales de compañía. Está comprobado que perros y gatos pueden llevar felicidad y bienestar a pacientes hospitalarios, ancianos y niños que tienen problemas para socializar o presentan alguna condición especial.
En el caso de los veteranos de guerra, el afecto incondicional de un perro de apoyo puede sacarlos de la situación angustiante y sombría que supone la experiencia de haber sido parte de un enfrentamiento bélico, en especial cuando quedan lesiones severas tras esa experiencia.
El bienestar que representan las mascotas de apoyo
Muchos estudios demuestran que acariciar a una mascota ayuda a liberar las tensiones y a disminuir el estrés. Este gesto de amor tan sencillo, no solo brinda afecto al animalito que lo recibe, es especialmente beneficioso para el humano que lo da.
Por si fuese poco, hacerse cargo de una mascota, aunque ella haga muchas cosas para apoyar a su amo, origina en las personas una sensación de satisfacción, porque se sienten útiles. Alimentarlos, estar atentos a sus cuidados diarios y hacer todo lo posible para que el perro esté sano y feliz, es una responsabilidad que brinda placer y dicha.
Por fortuna para la humanidad, cada día se multiplican más esos “héroes de cuatro patas” que trabajan desinteresadamente junto a nosotros para hacer de nuestra vida una experiencia más plena y placentera. Ellos, al igual que muchos veteranos de guerra, también son un motivo de orgullo.
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