Una tierna cachorra de pastor alemán de 10 semanas de edad fue abandonada en una playa de California. Una persona que pasaba por la zona la descubrió y la llevó al refugio más cercano para que pudiera recibir ayuda. En Friends of the Alameda Animal Shelter notaron de inmediato que la pequeña no podía caminar.
La perrita fue simplemente abandonada en una caja de cartón.
La llamaron Starfish, que significa estrella de mar. Por más que intentaban que la perrita caminara, sus patas simplemente se deslizaban hacia los lados y quedaba siempre rendida en el suelo.
Como la perrita nunca había caminado, casi no tenía masa muscular.
Cuando buscaron la opinión de un veterinario, su diagnóstico fue devastador: Sugería que la única opción era sacrificar a Starfish porque su espalda estaba completamente destrozada.
Muchos de sus órganos internos se estaban viendo afectados por la posición de su columna.
La gente del refugio comenzó a realizar los trámites para sacrificar a Starfish, pero justo antes de llevarlo a cabo decidieron darle una nueva oportunidad y buscar la opinión de otro veterinario. Por suerte, el segundo diagnóstico era mucho más esperanzador e indicaba que la condición de Starfish podía mejorar con el tratamiento adecuado.
Starfish necesitaría al menos dos meses de terapia intensiva.
Se le diagnosticó con síndrome del nadador. La recuperación y las múltiples terapias no serían tarea sencilla, pero la fundación decidió emprender el camino para lograr que Starfish caminara.
El síndrome de nadador es una condición genética que hace que sus patitas estén siempre hacia afuera.
Le operaron una hernia, e inmediatamente después comenzó el camino de terapia intensiva. A través de varios ejercicios procuraban realinear correctamente sus patas y hacer que poco a poco fuera ganando masa muscular. Después le pusieron un vendaje de cuerpo completo que ayudara a la ubicación correcta de sus extremidades; y lentamente le fueron enseñando a mantenerse de pie.
La terapia incluyó el uso de un arnés y un aparato de ayuda ortopédica para mantener sus patas en la posición correcta.
El constante trabajo dio sus frutos y en cuestión de solo dos meses, Starfish estaba caminando por su cuenta. Cuando fue dada de alta, la ofrecieron en adopción y Leigh Anne Gray no dudó en llevarla a su hogar.
Antes de adoptarla la familia de Starfish le estaba dando un hogar temporal.
Lamentablemente, los problemas continúan para la perrita Starfish, quien necesita una nueva operación para corregir una displasia de cadera. Este problema es bastante común en los perros de esta raza; y con el síndrome de nadador de Starfish era mucho más probable que lo desarrollara.
Esta nueva operación tiene un costo aproximado de 10.000 dólares.
Su dueña ha creado una página en GoFoundMe para poder conseguir los fondos de sus operaciones. No dudes en realizar un pequeño aporte para que esta perrita pueda continuar explorando el mundo en sus cuatro patas.
Te invitamos a compartir la historia de todo lo que ha luchado Starfish para que pueda seguir recibiendo ayuda.