Riley es un lindo weimaraner de apenas 8 meses que pasará a la historia como el primer perro entrenado para detectar la plaga en los museos y así ayudar a cuidar las obras de arte del Museo de Bellas Artes, en Boston. Se espera que con el entrenamiento adecuado se convierta en una manera muy exitosa para poder combatir la plaga que afecta a muchas obras de arte.
Los perros werimaraner siempre se han caracterizado por tener un sentido del olfato muy agudo.
Pepe Peruyero, el director de la compañía de adiestramiento para perros llamada Pepedogs, señala que el proyecto que el Museo de Bellas Artes en Boston se ha propuesto con Riley es totalmente viable. Cada vez se logra entrenar perros para tareas más específicas como buscar huevos de tortuga enterrados a más de un metro de profundidad, o larvas en campos de golf desde 6 meses antes de que nacieran:
“En el caso de Riley será adiestrado para detectar el olor de ciertos bichos específicos, y luego se sentará frente a la obra de arte donde lo haya identificado”.
La presentación de Riley a los medios fue muy exitosa y muchas personas lo siguen a través de las redes sociales del museo para poder rastrear cómo transcurre todo el proceso de su entrenamiento.
El trabajo de Riley será realizado tras bastidores, no se espera que socialice con los visitantes del museo durante las horas de visita.
Riley es la mascota de Nicki Luongo, la directora de Servicios de Protección del Museo. Luongo se dedicaba a entrenar perros policías en su tiempo libre; y tras pasar unos días en el museo discutiendo las diversas formas de atacar a la plaga, se le ocurrió que podría entrenar a su pequeño Riley para que se convirtiera en el primer perro que trabajara como voluntario en un museo.
La primera parte de su entrenamiento se centrará en conocer a todo el personal del museo y a las instalaciones del lugar.
Si el entrenamiento de Riley resulta exitoso, en cuestión de poco tiempo muchos otros museos y compañías que trabajan con textiles comenzarán a entrenar a perros para que sigan los pasos del pequeño weimaraner.
Más adelante comenzará su entrenamiento específico para comenzar a identificar la presencia de pestes como la polilla en los cuadros del museo.
Todos esperamos que el pequeño Riley pueda completar su entrenamiento de manera exitosa y comenzar a salvar muchas obras de arte al señalarlas con su patica. Este entrenamiento demuestra lo útiles que pueden ser los perritos para la sociedad cuando se les entrena y cuida de manera adecuada.
Te invitamos a compartir esta noticia para que todos puedan conocer al primer perro voluntario en un Museo.