Para nadie es un secreto que los perros son animales muy inteligentes, algunos pueden ser entrenados para llevar a cabo funciones muy importantes, otros simplemente aprenden de su entorno y nos sorprenden con sus ocurrencias. Y los perritos de la calle no son la excepción, aunque no hayan recibido ningún entrenamiento sus sentidos se desarrollan y son capaces de aprender muchas cosas por sí solos.
Negro es un perrito que vive en las instalaciones de el Instituto de Educación Técnica Diversificada de Monterrey Casanare en Colombia.
Fue adoptado por el personal que le permite andar libremente por las áreas verdes y comunes de la institución, los estudiantes muchas veces compraban galletas y le daban un poco a Negro, quien evidentemente lo disfrutaba. Sin embargo, él un día pareció comprender cómo obtener dulces por su cuenta e independizarse.
El resultado parece ser producto de un profundo análisis de lo que ocurre en su entorno.
Pues Negro comprendió que los estudiantes obtenían golosinas cuando entregaban algo a la encargada de la tienda. Así que se dirigió a la tienda y con mucha seguridad puso la hoja de un árbol y permaneció esperando obtener su compra. No era necesario que hablara, Negro se hacía entender con sus expresiones y su actitud.
«Un día, de forma espontánea, apareció con una hoja en la boca, meneando la cola y haciendo saber que quería una galleta», dijo la profesora Ángela García Bernal.
Impresionados con la inteligencia del perro, no pudieron evitar entregarle una galleta y desde entonces, Negro va todos los días a la tienda de la institución con una hoja en su hocico para comprar galletas.
Gladys Barreto, una antigua dependienta de la tienda, dijo: «Siempre paga con una hoja, es su compra diaria».
Debido a que el perrito es realmente rico, ya que su «dinero» literalmente crece en los árboles, entre los empleados de la tienda llegaron al acuerdo de no darle más de dos golosinas diarias a Negro.
Pero su inteligencia no deja de impresionar a quienes lo ven comprar como un humano más.
«Es muy inteligente, él encontró una manera de hacerse entender, cuando lo ves por primera vez sientes ganas de llorar», aseguró Bernal.
Es gratificante ver cómo los animales son capaces de aprender y omportarse mejor que muchos humanos, sabemos que Negro es muy apreciado en la Institución donde vive y su inteligencia está acorde con su hogar. Esperamos que siga teniendo una vida feliz y que pueda seguir teniendo su suministro de galletas, un aplauso a las personas que se preocupan por él y se esfuerzan por entender sus deseos.
Si también piensas que Negro es un perrito increíble, no dejes de compartir su maravillosa historia.