En los alrededores del Castillo de Mountfichet, Stansted, un perro labrador de 10 años ha cautivado la atención de todos cuando comenzó a comportarse como el entregado y amoroso padre de nada menos que 9 pequeños patos que habían sido abandonados en la zona.
Los patitos aparecieron sin su madre en las cercanías del castillo de Mountfichet en Inglaterra.
Las personas que habitan cerca del Castillo habían decidido cuidar de los 9 patos, ya que al encontrarse tan pequeños y huérfanos tenían pocas probabilidades de sobrevivir sin la ayuda de alguien que los cuide. Sin embargo, el perro llamado Fred, se les adelantó a todos en el trabajo y se ganó muy rápido la confianza de los 9 pequeños patos que comenzaron a seguirlo a todos lados y a tratarlo como a su padre.
El perro Fred ha aprendido a cuidar de otros animales al ver cómo lo hacen en la finca del castillo
Las crías se encuentran todavía muy pequeñas para poder volar, pero eso no significa ningún problema para su traslado porque se mueven cómodamente de un lugar a otro ubicándose sobre el cómodo lomo del amoroso perro labrador. Los dueños aseguran que además de la naturaleza sociable de los labradores ingleses, también ha influido enormemente que creció en un ambiente donde siempre se han albergado animales extraviados. Sin duda, el simpático Fred ha aprendido mucho al ver por tantos años cómo sus dueños cuidaban de muchos animales perdidos.
Desde que llegaron los patos no han parado de seguir a Fred…
Los patos siguen sin parar a Fred por todo el castillo, y los más pequeños se niegan a alejarse de él, al punto en que duermen juntos en la misma cesta. Los expertos de la zona aseguran que los patos también tienen cierta facilidad para identificar como su madre o padre a cualquier humano u animal que ayude en sus cuidados desde que se encuentran muy pequeños; pero con el tiempo se vuelven más independientes y prefieren buscar el contacto de los suyos.
… Y si el trayecto el muy largo, loas patos prefieren cabalgar a su nuevo papá.
Una de las cosas que más ha enternecido a los testigos de esta particular familia, ha sido ver al perro bañándose con los patos en un lago que se encuentra a pocos minutos del recinto; de la misma manera en que los patos realizarían esta tarea con su madre biológica.
Cuando los patos crezcan buscarán la compañía de otros miembros de su especie, pero no olvidarán a quien los cuidó en la infancia.
Esta curiosa historia demuestra lo grande que puede ser el corazón del perro y que no necesariamente tiene que ser el mejor amigo del hombre, sino también el de muchos otros animales más. Los trabajadores del Castillo suelen bromear con la dedicada labor de padre que asumió el tierno labrador ante la ausencia de la madre de los patos.
Compartiendo esta linda historia podrás alegrar el día de muchos con tan tiernas imágenes.