Este adorable chico se llama Sting y desde hace tiempo cumple una labor magnífica con los niños, los ayuda en su proceso de aprendizaje a través del cariño, la compañía y la tranquilidad. Dos veces al mes visita una librería de Minnesota para que los pequeños le lean en voz alta, la actividad forma parte de un programa llamado Paws to Read. Ha participado durante dos años, sin falta.
“Se supone que debe ser un ambiente divertido. Hay que darle a los niños un lugar amable, libre de amenazas, donde puedan practicar sus habilidades de lectura junto a un perrito”, dijo Ann Wahlstrom, librera de niños en la Ramsey County Library, de White Bear Lake, ubicada cerca de Minneapolis.
Las visitas de Sting usualmente duran una hora, y cada niño tiene unos 20 minutos para leerle. Un día poco movido dentro de la librería, la sesión no se dio porque nadie fue a leerle.
“Desafortunadamente, nadie se anotó para leerle a Sting en la librería esta noche”, escribió John Muellner en su red social.
El texto iba acompañado de varias imágenes del chico: acostado, solo, esperando… Se lo notaba algo triste.
Desde ese momento, en la librería han estado sumamente ocupados. El teléfono no ha parado de sonar, las personas llaman de distintos lugares del país, desesperadas por leerle a Sting y animarlo.
“La gente me pregunta si puedo sostener el teléfono cerca de la oreja de Sting, para que puedan leerle. Otros han llamado porque quieren venir, otros solo para decir que lo adoran, es increíble”, comentó John.
Según John, la verdad es que el chico no necesita que lo animen tanto, porque su cara siempre es así. Es su gesto característico. Este perrito de 10 años, antes era un perro de carrera que hace siete años se retiró, y ahora por fortuna vive como una mascota, certificado como perro de terapia.
Sting y John pasan mucho tiempo juntos haciendo actividades divertidas, además de formar parte del programa de terapias para niños en el hospital de la localidad. Según John, el lugar favorito de Sting es el trabajo, sin duda.
Lo que sabemos con seguridad es que este chico no se encontrará solo en la librería, al menos no hasta abril, ya que todos los cupos están reservados. Además de eso, hay otro perrito de terapias como él, que también tiene los cupos casi llenos, y otras librerías han formado una red de comunicación para encontrar perros que se especialicen en lo mismo que Sting.
“Amamos promover la lectura, y leerle a los perros es una alegría”, dijo Ann.
Para la librera Ann Wahlstrom, es una maravilla que hayan aparecido esas fotos de Sting, a pesar de que para muchos el chico estaba triste, porque crearon interés en un programa en el que ella cree con el corazón. Por eso todos esperan que haya cada día más perros a los que leerles y más niños que deseen hacerlo.
Te invitamos a compartir esta historia con todos tus conocidos, quizá todos podamos contribuir a que esta bonita iniciativa se multiplique.