Esta chica es una asombrosa Labrador de color negro llamada Abby, de Pennsylvania, Apollo (EEUU), que se reunió con su familia después de pasar 10 años completamente desaparecida. Todosya habían asumido tristemente su muerte, pero los sorprendió con el maravilloso regalo de su regreso.
Esta historia comenzó en el año 2008, un día en el que Debra Suierveld y sus hijos jugaban con Abby, cuando apenas la tenía un año. De repente ella empezó a correr y desapareció… No la vieron nunca más. La buscaron hasta el cansancio, la familia estaba muy preocupada y pidieron ayuda de todos sus conocidos, pero después de un tiempo aceptaron su partida y comenzaron el duelo.
Ahora, de repente, el 30 de enero de 2018 Abby ha aparecido en casa. Ese día la familia Suierveld recibió una llamada telefónica de Animal Protectors of Allegheny Valley y le dijeron que habían encontrado a su perrita. Debra asumió que se trataba de un error, porque para ese momento estaba con sus dos actuales perritos dentro de casa, pero cuando confirmó la información le dijeron que era Abby a quien habían encontrado.
«Ni siquiera supe qué decir cuando me dijeron que se trataba de Abby», dijo Debra. Su asombro ha debido ser muy grande, sobre todo después de que la familia estuvo tanto tiempo de luto asimilando la partida de la perrita. Pero todo era verdad: la chica fue encontrada en la mañana, a unos 12 kilómetros de la casa de los Suierveld, en el porche de una mujer llamada Judy Spiering.
Judy notó que la perrita tenía mucha sed, se veía amigable y le dio agua. Después llamó a la policía, quienes notificaron a Animal Protectors. Finalmente ellos llevaron a Abby al refugio esa misma tarde. Pudieron identificarla porque tenía el microchip implantado.
Según los médicos que la revisaron, la chica había recibido alimentación y cuidados durante los últimos diez años en los que estuvo desaparecida. Estaba contenta, en buena forma y bastante saludable. No se sabe hasta el momento quién estuvo cuidándola, pero de lo que están seguros es que nadie ha reportado a un perro perdido en esa área.
Inicialmente Abby llegó a la familia Suierveld porque la adoptaron, para que fuese la mascota de la hija de Debra. Por supuesto la joven, que ahora tiene 22 años de edad, al saber la noticia rompió en llanto. Eran lágrimas de asombro y felicidad… Es reconfortante saber que la familia se ha reunido y seguramente a partir de ahora nada los separará.
Esta chica continúa respondiendo a su nombre, como si nada hubiese pasado. La joven de 22 años asegura que siente que una parte de su infancia ha regresado a ella. ¡Qué hermoso!
Te invitamos a compartir la historia del reencuentro entre Abby y sus familiares con todos tus amigos ¡Nunca hay que perder la esperanza!