Cuando me imagino un cocodrilo enseguida siento miedo, no importa el tamaño o la edad que tengan, son intimidantes. Aunque se trate de animales fascinantes y que debemos proteger, definitivamente no quiero acercarme a ellos y mucho menos buscarles problemas. Pero aparentemente no todos piensan así, de hecho hay personas que incluso conviven con ellos ya que sus hogares quedan cerca del hábitat de los temidos depredadores.
Pero existe alguien que va más allá y no solo convive con ellos, también es capaz de intimidarlos.
Se trata de una diminuta perrita llamada “Dumb Blonde” que vive en Goat Island, en el Río Adeliade, Australia. Ella tiene 10 años y ha vivido siempre cerca del río que se caracteriza por tener una gran población de cocodrilos. Todo empezó hace varios años cuando apareció un cocodrilo joven llamado Casey.
Casey mide 3,3 metros pero es bastante tranquilo y de hecho no le gusta meterse en problemas.
Pero Dumb Blonde no desperdicia la oportunidad en demostrarle quien es la dueña del territorio. Cada vez que Casey está, ella deja de hacer lo que sea y le ladra. Si logra desatarse se acerca a Casey para perseguirle y morder su cola.
Ella se hizo famosa después de que se difundiera un video de cómo intimida a Casey mientras su familia se ríe.
En el video se puede ver como Casey sale a la orilla para reposar un poco entre las hojas pero inmediatamente se escuchan los agudos ladridos de Dumb Blonde. Ella insiste e insiste hasta que finalmente corre hacia Casey, quien no duda en dar la vuelta para meterse en el agua nuevamente mientras la alocada perrita muerde su enorme cola.
“Perra loca”, son las palabras entre risas de Kai Hansen, su dueño.
Aparentemente, ninguno de los dos es consciente de su tamaño. Si Casey quisiera derrotaría a Dumb Blonde en pocos segundos, pero la verdad es que no sabe cómo reaccionar ante la presencia de la perrita y termina huyendo de ella. Para Hansen y su familia es una situación normal.
“Es inevitable que lo haga, si quisiera evitarlo tendría que tenerla abrazada o amarrada todo el día”, dijo Hansen.
Hansen no siente preocupación alguna por los reptiles, de hecho, explicó que recientemente otro cocodrilo adulto llamado Fred, intentó entrar en su gallinero y comerse a uno de sus pollos pero finalmente no lo logró. Hansen se ríe de la osadía de Dumb Blonde y asegura que a ella le apasiona y le hace feliz perseguir a los enormes reptiles.
No olvides compartir esta curiosa historia que demuestra que el carácter puede lograr más que el tamaño o la fuerza 😉