Hace dos años en Neenah, Wisconsin, el grupo de rescate “Valley Cats, Cat and Kitten Rescue” encontraron y salvaron a una gata que estaba por traer al mundo a una enorme camada de gatitos.
Debido a que la gata estaba «súper embarazada» y tuvo problemas con su gestación, tuvo que ser sometida a una cesaria; desafortunadamente esta valiente mamá no sobrevivió y se fue al cielo de los gatos en compañía de uno de sus bebés, pero 7 bebés más sobrevivieron.
Los gatitos restantes lucharon contra todo para sobrevivir sin su madre y recibieron mucha atención y ayuda; uno de ellos en particular necesitaba más atención, pues nació con problemas neurológicos congénitos; sin embargo, esto no fue razón para que no llamara la atención, pues se destacó sobre sus hermanos por ser el gatito más peludo de toda la camada.
Este gatito debía de ser adoptado por alguien que lo atendiera, que pudiera cuidar de él y de sus necesidades especiales, fue entonces cuando McKenzie visitó el hogar para animales y conoció a la camada.
De inmediato notó a ese gatito peludo, el pequeño del tamaño de un pulgar luchaba y jugaba con sus hermanos, pero resaltaba entre ellos por sus movimientos torpes y caídas. A Mckenzie le sorprendía la actitud de este pequeño, pues a pesar de todo no se detenía, cada vez que caía volvía a levantarse como si nada.
«Tenía la cara más adorable y era el gatito más dulce y feliz de la sala, me hizo llorar y no porque me sintiera mal por él, sino porque mostró un espíritu tan edificante ante tanta adversidad”, cuenta Mckenzie.
Conforme los médicos revisaron a este peculiar gatito, notaron que los nervios desde la mitad de su cuerpo hasta la cola estaban pinchados, esta era la razón por la que se movía torpemente y tropezaba, no le dieron muchas esperanzas de que sobreviviera.
Cuando Mckenzie se enteró de esto, solo sintió más razones para adoptar a este pequeño; el gatito fue llevado a casa de Mckenzie y ella lo llamó Kramer. Cuando el pequeño Kramer entró en su nueva casa, conoció a los dos gatos y a los perros que vivían ahí.
Todos recibieron con amor a Kramer, pero uno de ellos tuvo más curiosidad por el gatito, se acercó mucho a él y de inmediato se hicieron inseparables, el amor entre estos dos nació de inmediato.
«Era como si Winston supiera que Kramer no tenía una madre y necesitaba a alguien que lo guiara en ciertas situaciones. Yo digo que Winston se convirtió en el ‘Sr. Mamá’ de Kramer”, dijo McKenzie.
El amor de estos dos fue inmediato, Winston se hizo cargo de Kramer cual madre, y Kramer lo veía como si fuera su mamá, debido a esto Winston fue apodado “Sr. Mamá”.
El Sr. Mamá ha cuidado de Kramer como si fuera su propio hijo, cuando era pequeño lo limpiaba después de comer y cuidaba de él en cada paso que daba, conforme fue creciendo Kramer veía cada vez más a Winston como su mamá.
Hoy en día es un gato grande y ha superado todos los problemas que los médicos creían le impedirían sobrevivir.
Quién diría que el gatito más pequeño y con necesidades especiales de su camada lograría ser tan feliz y encontraría una madre humana y a la mejor madre perruna que se pueda tener.
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