Los elefantes siempre han sido respetados, no solo por su gran tamaño, sino porque se les considera animales muy inteligentes, que incluso tienen una estructura social muy organizada. Ellos dentro de sus manadas tienen diferentes funciones y las hembras de mayor edad, por lo general son las que se encargan de organizar y educar a los más jóvenes. Son animales muy complejos, muchos los consideran místicos y sagrados. Aunque todos los animales deberían considerarse sagrados, los elefantes tienen un agregado especial que los hace un poco más llamativos para el puesto.
Un video reciente nos puso a pensar sobre si realmente son animales salvajes o si son un poco más inteligentes y empáticos de lo que creemos.
Un guía turístico llamado Alan McSmith tiene un encuentro con un elefante que parece estar un poco alterado y domina la situación de una manera impresionante. Después de que el animal percibe la presencia del hombre, parece molestarse aún más y comienza a acercarse al guía y a acelerar el paso.
Por un momento, parece que la embestida sería inevitable y muy agresiva.
Pero el hombre se limitó a pararse firmemente frente al imponente animal, mirándolo a los ojos y el elefante no pudo más que detenerse bruscamente a pocos centímetros de Alan. Aún se veía molesto e intentó hacer una segunda embestida, pero no avanzaba más que pocos centímetros y volvía a detenerse bruscamente.
Alan, por su parte, se limitó a mirarlo fijamente en todo momento, agitando suavemente una ramita.
Muchos expertos y otros guías turísticos admitieron que ante una situación como esa, su primera reacción hubiese sido dispararle al animal, para intentar defender su vida. Pero Alan demostró que se pueden crear conexiones con los animales y calmarlos sin tener que recurrir a la violencia. El guía dice que esto no se trata de él, sino de las capacidades que tienen los elefantes de hacer conexiones con los humanos y lograr una especie de comunicación mediante señales corporales.
Trasmitirle su energía calmada logró mucho más de lo que pudo haber logrado una bala, pues el elefante termino dándole la espalda y tomando otro camino.
Cabe destacar que Alan tiene más de 30 años de experiencia en el rubro, ha estudiado por mucho tiempo el comportamiento de los elefantes, sabe cómo reaccionar a cada situación y predecir los movimientos de los animales. Sin esos conocimientos, no hubiese podido hacer algo así, si en algún momento te ves en una situación parecida, no intentes imitarlos; al contrario, busca alejarte del animal sin estimularlo de ninguna manera.
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