En Beijing, China, nació Longlong, un cachorro que parece un Beagle común y corriente, pero en realidad tiene algo muy distinto entre todos los perritos. Él está enfermo desde que vino a este mundo. Tiene un trastorno de coagulación de la sangre pero no se debe a su mala suerte sino a la manipulación genética que aplicaron los médicos de China en su proceso de clonación para poder experimentar.
El cachorro fue clonado de otro perro llamado Apple, cuyo genoma se editó para desarrollar aterosclerosis, una enfermedad caracterizada por el depósito de sustancias grasas en las arterias que causa ataques cardíacos y enfermedades del corazón. Con la información genética codificada, la enfermedad fue pasada a Longlong, a quien los científicos usarán para estudiar dicha condición y sus posibles curas.
El «creador» de Longlong es científico en una compañía de bio-tecnología con sede en Beijing llamada Sinogene y dijo que ese cachorro es el primer perro clonado a partir de un donante con genes editados. Con su nacimiento, China está al nivel de Corea del Sur en cuanto a tecnología para la experimentación con canes. Los científicos de Corea del Sur clonaron al primer perro en 2005, un sabueso afgano llamado Snoppy.
«Los perros comparten enfermedades hereditarias con los humanos y eso los convierte en el mejor modelo para estudiarse», comentó Feng Chong, director técnico de Sinogene. Allí han clonado a otros dos perros de la misma forma, lo que significa que la compañía tiene a cuatro perros genéticamente indénticos: Apple, Longlong, Xixi y Nuonuo.
El éxito en la experimentación y cambio de genes en los perros que ha practicado Sinogene, ha encontrado fuertes oponentes con una marcada postura ética frente a este asunto. Por ejemplo, la organización People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) publicó un comunicado asegurando que las acciones del laboratorio son anti-éticas y que en esta práctica hay una gran falta de respeto hacia los animales.
«La clonación no es solo muy costosa, sino inherentemente cruel». Más allá de las preocupaciones sobre la inmoralidad de la ciencia, también es preocupante que haya poca protección legal para los animales de laboratorios en China. El país es productor mayoritario de animales de laboratorio, aproximadamente unos 20 millones, en su mayoría ratones que anualmente se usan para hacer todo tipo de pruebas.
Los científicos aseguran que su experimento está contribuyendo a construir un futuro más sano para los seres humanos, pero los activistas y defensores de los derechos de los animales ven un caso de mucho sufrimiento, poca seguridad y excesivo gasto de dinero. El Laboratorio asegura que han tratado a todos los perros con sumo respeto, pero… ¿Modificarles los genes para que nazcan con una enfermedad es respetarlos? Es una pregunta sobre la que vale la pena reflexionar.
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