En Catania, Italia, hay un caso abierto contra los gerentes del refugio Nova Entra, de San Giovanni Galermo, mejor conocido como «la estructura del terror». Según las acusaciones, servían de tapadera para una presunta asociación criminal y encubrían el maltrato de los animales del recinto, con la consecuente estafa a los fondos públicos destinados a su organización.
Dicha organización, por supuesto, al tratarse de un refugio estaba en la obligación de velar por la seguridad, salud, derechos y bienestar de los animales que se encontraban allí esperando ser cuidados y adoptados por alguna familia. Pero hicieron todo lo contrario, recibían fondos del Ministerio Público y los malversaban para cometer los atroces delitos por los que ahora han sido denunciados.
Dos veterinarios y algunos funcionarios del recinto son quienes aparentemente pagarán las consecuencias, de lo que seguro tiene muchos otros responsables en la cadena de mando. Ese refugio fue entregado en gestión a la asociación Nova Entra, allí comenzaron las actividades ilícitas dentro de las instalaciones del refugio. Este caso inició en el año 2014, cuando un operativo del Ministerio de la Salud puso vigilancia en el edificio.
Según lo revelado en esa investigación, los perros estaban en espacios muy pequeños y sufrían de desnutrición, pero los médicos declaraban que los perros «llegaban así» al lugar y allí se encargaban de curarlos, ya que estaban en la «fase terminal» de sus terapias. Desde ese momento ganaron atención de varios grupos de activistas defensores de los derechos de los animales, que aseguraban que en ese sitio se cometían crueles actos de maltrato animal.
Según Angelica Petrina, una de las abogados del caso, en la región de Sicilia hay varios refugios para animales que sirven para dejar desechos, basura, o inclusive como tapaderas de organizaciones delictivas. Es la primera vez que uno de estos casos se lleva a tribunales y es un paso adelante para que se dejen de cometer injusticias como esa.
Las terribles condiciones higiénicas y sanitarias, además del aspecto físico de los animales, y la idea de que hayan sufrido maltratos por parte de esos delincuentes, es aterradora. Es difícil comprender que haya personas capaces de hacer tanto daño a seres inocentes, que ni siquiera entienden lo que pasa y desean recibir cariño, ser adoptados por una familia, tener un hogar… Lo que han hecho es terrible.
Esperamos que este caso sea solo el comienzo de muchas investigaciones contra lugares que, en vez de cumplir con su responsabilidad de cuidar a los animales, les hacen daño. Que se haga justicia pronto…
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