Aunque las leyes están hechas para cumplirse y aquellos que suelen irrespetarlas deben ser sancionados, hay circunstancias en las que dependiendo del tipo de ley no dañan a nadie cuando se las pasa por alto por un bien mayor. Si bien, la recomendación y el mensaje es siempre hacer todo de la mejor manera correcta, hoy una historia nos demostró que la ley puede ser laxa y que se deben considerar todas las circunstancias, antes de aplicarla.
Una familia fue detenida en Quito, Ecuador, por llevar en la parte trasera de una camioneta descubierta a una persona y un animal.
Un oficial de la Agencia Metropolitana de Transito (AMT) detuvo al conductor para informarle que cometía una infracción. Este tipo de infracción amerita multas que pueden llegar al 40% del salario básico y una disminución de 7,5 puntos en el permiso de conducir. Pero el hombre tenía una buena excusa para justificar su contravención.
Eran cerca de las nueve y media de la mañana y se dirigía de emergencia a una clínica veterinaria, ya que su perro estaba muriendo.
La noche anterior escucharon ruidos en su patio y al amanecer se dieron cuenta de que su perro lucía muy enfermo. Se dieron cuenta de que había sido envenenado y lo montaron en la camioneta junto a un amigo que lo acompañaba. Cuando faltaban pocas cuadras para llegar, el oficial los detuvo y no quiso escuchar ninguna razón.
El conductor le decía una y otra vez que lo hizo porque su perro estaba envenenado.
Si bien, el oficial de la AMT intentaba hacer cumplir las normas, demostró muy poca sensibilidad por la vida del animal y el sufrimiento de sus dueños, que prácticamente le suplicaban que los dejara continuar. El policía imperturbable continuaba tomando fotografías y se negaba a escuchar.
Al perro se le podía notar un poco nervioso, pero no tenía fuerzas para levantarse.
Finalmente, pudieron llevarlo a la Clinica Dogtor’s Cat, donde los médicos comenzaron a hacer todo lo posible para ayudarlo. Mientras tanto, Saul Falconí subió a su cuenta en Facebook el video del incidente con el oficial, desatando una infinidad de comentarios, y una ola de reacciones que manifestaban la ira de los usuarios en la red.
Lamentablemente, la familia pocas horas después confirmó que su perro Amrok, un akita japonés había perdido la vida de un paro cardíaco.
En vista de toda la polémica que este casó creó entre los ciudadanos de la ATM, hicieron un comunicado oficial. En dicho comunicado aseguran que se sienten muy apenados y que han terminado la relación laboral con el agente, mediante un despido que se haría efectivo esa misma noche. Además, se pusieron en contacto con la familia de Amrok para pedir disculpas personalmente. Aunque las leyes deben ser respetadas, también se debe tener criterio en momentos como este para tratar de salvar una vida. Tristemente Amrok murió, pero servirá como ejemplo y sensibilizará a muchos oficiales.
Sin embargo, otra parte de la ciudadanía alegaba a favor del oficial, que estaba cumpliendo con su cometido de hacer cumplir la ley. Y aunque castigaban su proceder, no les parecía justo que lo hayan dejado sin empleo, en las vísperas de la Navidad, a una persona que solo cumplía con su deber, y que tenía una familia que alimentar.
El polémico caso de Amrok cobró la vida en un peludo inocente. Comparte la nota y déjanos saber tu opinión al respecto.