Hay muchas cosas tiernas en este planeta que con solo mirarlas nos enternecen, con su lindura y carisma logran adueñarse de los corazones de muchos. Hay un pequeño cerdito que se llama Dragonlord, que ha causado furor por lo hermoso y tierno que es.
Dragonlord vive en el Rancho Relaxo, una granja santuario en Nueva Jersey, y ha acaparado todas las tiernas y suaves cosas del santuario para sí mismo.
La fundadora y directora del santuario Caitlin Cimini, cuenta que el cerdo tiene dos mantas, cuatro peluches, dos almohadas, una cama para perros y aún así no se siente satisfecho y cada vez busca añadir nuevas cosas tiernas para él.
«A él le encanta su mantita, por lo que luego buscaría más cosas. Pensábamos, ‘Bueno, amigo, aquí hay otra manta’ y estaría satisfecho por un día”, comenta Cimini.
La historia de Dragonlord hace reflexionar a Cimini y a muchos, porque él pertenecía a una granja cercana, se encontraba ahí con sus tres hermanos encerrados en un granero oscuro y húmedo que les hacían contraer varias enfermedades.
Cimini cuenta que se acercó a la granja porque presentaban varios problemas, pero solo le habían notificado el caso de una cabra moribunda que necesitaba atención médica; estando ahí notaron que recogían a unos cerditos de 10 días de nacidos y los colocaban en una caja.
“Pensamos: ‘¿Qué estás haciendo?’ Y él dijo: ‘Van a una subasta por la mañana’. La mamá estaba allí y estaba gritando por ellos. Fue realmente devastador verlo”, cuenta Cimini.
Cimini no pretendía quedarse de brazos cruzados y junto a otros voluntarios del Rancho Relaxo y también de Freedom Farm, otra organización con santuarios, convencieron al dueño del establo en darle los cuatro cerditos pequeños, pero se negó rotundamente en entregarle a la madre de las crías. “Le suplicamos. Hicimos lo que pudimos. Estuvimos allí durante bastante tiempo para tratar de recuperar a la madre. Pero él dijo: no”, comenta desilusionada.
A los cuatro hermanos se los llevaron en las cajas hasta un lugar seguro, los hermanos de Dragonlord fueron a las casas de varios de los voluntarios del rescate mientras que Dragonlord se quedó en el Rancho Relaxo haciendo las más tiernas aventuras.
Sin embargo, Dragonlord no siempre fue tierno, él y sus hermanos eran salvajes y no querían que los tocaran y gritaban si eso pasaba, pero afortunadamente no duraron mucho para adaptarse al contacto físico y a la presencia de los seres humanos.
Actualmente, es muy amigo de todos en el Rancho Relaxo y además causa mucha simpatía al verlo rodeado de sus mantas, con el oso y el conejo de peluche que siempre lo acompañan.
Dragonlord llegó con las fechas de invierno, lo que lo salvó de estar en los establos del exterior y estuvo adentro en un corralito, pero él seguía creciendo y el corral parecía hacerse más chico y Cimini tuvo que buscar una solución.
Ahora, el cerdito tiene su propia habitación, al mejor estilo de Harry Potter en casa de sus tíos, debajo de la escalera. Dragonlord insistió en llevarse todas sus dulces pertenencias a la habitación y cada vez iban en aumento los peluches que llevaba a su habitación.
«Nos encanta que le estemos enseñando al mundo que los cerdos son tan inteligentes y juguetones”, dijo Cimini.
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