Ser agradecidos es una de las cualidades más valiosas que tienen los seres vivos; aunque en los últimos tiempos los humanos que muestran su gratitud han disminuido, aún quedan los animales que constantemente muestran su amor para aquellos que son buenos y amables con ellos.
Por fortuna, no todos los seres humanos son iguales, y una dedicada mujer de granja llamada Rachel Beasly decidió celebrar el cumpleaños a un ser muy especial que ella hace llamar ‘mi salvador’.
Beasly, una enfermera instrumentista que vive en una granja de 38 acres en el suroeste de Virginia, Estados Unidos, junto a muchos animales, ha pasado por varias situaciones difíciles que su buey la ayudó a superar.
El pasado 26 de noviembre de 2016 nació el buey que le cambiaría la vida sin saberlo y lo llamó Huckleberry. Todo parecía ir con normalidad hasta que la madre de Huckleberry murió repentinamente dos días después.
La madre de Huckleberry le pertenecía al padre de Rachel, ya que los acres de Beasly son parte de una extensión inmensa de tierra que tiene su padre con ganado que toda la vida ha comercializado para el consumo humano. Irónicamente, Rachel es vegetariana y ha crecido apegada a muchos de los animales de la granja de su padre y ahora su sueño es hacer un santuario de animales para dedicarse a ellos y a su cuidado.
La vaca de su padre murió al consumir una cantidad tóxica de bellotas. “Me consuela el hecho de que ella no sufrió mucho y su muerte le dio a mi dulce niño la oportunidad de una vida muy larga”, dijo Beasly.
La mujer tuvo que hacerse cargo del pequeño buey como si fuera madre, desde alimentarlo con un biberón hasta ayudarlo en su caminar, pero poco después del nacimiento de Huckleberry, Beasly tuvo un duro golpe y fue la muerte de su oveja, Grace.
Grace creció con Rachel en el rancho de su padre, entre ellas se cuidaban y Rachel constantemente se encarga de los cuidados de Grace, pero la oveja ya estaba bastante anciana, de hecho, superaba por 16 años la edad media de vida de las ovejas de su clase y la salud de Grace cada vez se iba debilitando.
Con la muerte de Grace, Rachel se sintió muy triste y tuvo varios cuadros de depresión, pero no se sumergió en el dolor y la pena porque el pequeño Huckleberry dependía de ella.
De esa forma, Huckleberry fue el consuelo de Beasly y pasado un año de su nacimiento quiso devolverle todo el amor que este ‘niño mimado’ le ha entregado.
«Fue emotivo para mí conmemorar que él vino a mí y reflexionar sobre el último año”, dijo Beasley. “Necesitaba tanto a ese chico precioso. Disfruta todos los días de su vida”, enfatizó.
Ambos usaron divertidos gorros de fiestas y la pasaron muy bien con los demás animales que hay en la granja de Beasly; decenas de pollitos, cuatro perros, cinco cerdos, cuatro gatos y dos ovejas son parte de la gran familia de Rachel y Huckleberry.
Rachel nunca olvidará las buenas acciones que hizo el buey por ella, y confiesa que jamás había pensado necesitar a alguien tanto como Huckleberry.
Es increíble cómo los animales pueden aliviar el dolor que sentimos por la pérdida de alguien especial. En definitiva, son nuestros mejores amigos y hay que cuidar de ellos. ¡Comparte la hermosa historia de Huckleberry y Rachel!