En estas fechas, no es extraño encontrar las tiendas abarrotadas de todo tipo de personas haciendo las compras para compartir en Navidad con sus seres queridos. Aunque la esencia de la Navidad sea compartir tiempo en familia, se ha vuelto tradición entregarles presentes a las personas más cercanas y para los niños se convierte en una ilusión y un momento inolvidable. Por eso, sus padres se esfuerzan en buscar un obsequio que les saque una sonrisa.
Y al parecer, entre los animales en ocasiones puede pasar lo mismo.
Lori Jones es una trabajadora de una tienda de regalos en Horsetooth Inn y RV Park, al pie de las montañas rocosas de Fort Collins, Colorado. Ella está acostumbrada a la fauna que se pasea por zonas cercanas, pero raramente los acercamientos permiten interactuar con los animales. De hecho, lo ideal es interactuar lo menos posible con ellos para evitar intervenir o influir es su entorno.
Pero Lori tuvo una sorpresa cuando una cierva adulta le hizo una visita.
Ella se encontraba trabajando en el almacén cuando sintió la presencia de alguien y al mirar se dio cuenta de que se trataba de una cierva. Esta no solo entró a la tienda, sino que sintió curiosidad por los objetos que ahí se vendían y comenzó a mirarlos y examinarlos como si estuviera a punto de hacer sus compras navideñas.
“No aguantaba la risa, ella miraba los lentes de sol con mucho interés”, dijo Lori.
La cierva no es extraña para Lori, en repetidas ocasiones la ha visto en las cercanías del local, pero nunca había interactuado con nadie. Ella es una matriarca y dirige a sus crías a lugares donde puedan pastar. Lori, asumiendo que quizás se confundió, comenzó a sacarla del local para que regresara a las montañas.
Aunque la chica está en contra de alimentar a los animales salvajes, la llevó hasta afuera ofreciéndole un poco de comida.
Todo parecía estar solucionado, la cierva se fue y Lori volvió a su trabajo, pero después de media hora aproximadamente, fue sorprendida nuevamente. La cierva había regresado, pero esta vez no estaba sola, volvió con sus gemelos y un ciervo joven que había adoptado.
Su madre entró como para decirles qué había y pudieran elegir, pero ellos respetuosamente esperaron en la entrada.
“Me veían como preguntando si podían entrar, era realmente gracioso”, aseguró Lori.
Aunque Lori no podía negar que estaba encantada con la escena y aprovechó de tomar algunas fotografías, no dudó en volver a sacarlos para que volvieran a donde pertenecen. Lo hizo nuevamente con comida, pero esta vez fue menos amable, dando unas palmadas para asustarlos.
La idea es evitar que se acostumbren a las personas que pueden hacerles daño, lo mejor es dejarlos llevar su vida sin intervenir.
En la zona hay muchos animales, leones de montaña, ciervos, mapaches, carneros, todos son hermosos y provoca interactuar con ellod, pero lo mejor es dejarlos hacer su vida y que sepan y puedan valerse por sí mismos. Esperamos que esta generosa madre haya encontrado un hermoso regalo de navidad para sus pequeños, pero más acorde a sus gustos e intereses y que sean felices en su hábitat natural, aunque agradecemos que en ocasiones aparezcan para deleitarnos con su belleza.
Comparte esta interesante historia, que sin duda le dejó una gran anécdota de por vida a Lori.