Esta chica se llama Baby, y durante el día se comporta como una perrita feliz y tranquila. Recibe amor y afecto de todas las personas que la rodean, que por supuesto la adoran, en el Montgomery County Animal Services and Adoption Center de Derwood, Maryland.
«Tiene una pequeña colección de juguetes en su caseta y con mucho gusto te los muestra si vas hasta allá a compartir con ella», contó Hannah Carl, administradora del programa del refugio.
Pero en las noches, cuando hay silencio en el refugio y todos están durmiendo, Baby empieza a llorar.
Sus quejas empiezan y a todos se les rompe el corazón al escucharla, ¿cómo no tener el corazón roto ante este gesto de tristeza tan desesperado? Carl, uno de los trabajadores del refugio, le tomó un video al episodio hace algunas semanas, cuando apenas la acababan de llevar a ese lugar.
Es triste verla, pero es importante que cada vez más personas sepan del caso de esta chica.
De hecho, apenas salió el video en Facebook alguien lo vio y cubrió con el gasto de la tasa de adopción para Baby, así que aquel que la adopte, esperamos que en un futuro cercano, no tendrá que preocuparse por pagar eso.
Aún así, la chica sigue esperando a que alguien llegue por ella a brindarle el hogar que tanto desea tener. Difundiendo estas cosas es más probable que lo logre…
«Cuando Baby empieza a llorar, las casetas de cada perrito, que normalmente son muy ruidosas, se vuelven muy silenciosas», dijo Carl.
«Todos los perros que están a su alrededor dejan de ladrar y se quedan quietos, así que solo queda el sonido del llanto de Baby para ser escuchado en todo el lugar».
La escena debe ser muy triste, pobre chiquilla. Ella tiene siete años y ha tenido un solo hogar desde los últimos seis años.
«Su dueña sintió que no tenía suficiente tiempo para continuar cuidando de Baby. Estaba sometida a un horario laboral muy extenso y la chica se quedaba sola durante más de 16 horas al día», contó Carl. Según él, es muy buena perrita, quizá un poco tímida al principio, pero se le pasa muy rápido.
«Su dueña decía que le ladraba a extraños, pero Baby considera a alguien como extraño durante unos cinco segundos hasta que empieza a hacerle cariños».
«Hoy me senté un rato con ella en la caseta y apoyó su cabeza en mi regazo, parecía disfrutar escucharme hablar mientras acariciaba su cabeza». El personal y los voluntarios del refugio hacen lo que pueden para ayudarla a adaptarse a esta nueva situación, pero lo que desean de corazón que una familia amorosa la adopte. Mantenemos el optimismo y esperamos que cada vez más personas conozcan el caso de Baby hasta que por fin reciba el cálido ambiente que tanto necesita, y se acaben sus noches de llanto.
¡Fuerza para Baby! Comparte la historia con todos tus conocidos.