Cuando el invierno llega, nos llena de sentimientos encontrados. La maravillosa nieve que convierte cada paisaje en un lugar mágico, un lugar donde jugar pero también el frío implacable, que muchas veces nos deja en casa, sin querer dar un solo paso, abrazando nuestras mantas y tomando bebidas calientes. Pero debemos admitir que a todos nos gusta el blanco y suave regalo climático.
Aunque para muchos el primer contacto pueda ser algo completamente inesperado.
A algunos les causa alegría, les gusta jugar y salir sobre la nieve, acostarse y lanzarla, hacer figuras, definitivamente un motivo de alegría. Mientras que para otros, puede resultar un poco molesta la sensación de humedad constante, las puertas obstruidas y todo congelado a tu paso, aunque les alegre la vista con los paisajes.
Pero, ¿cómo reaccionan los animales con su primer contacto con la nieve?
No puedes perderte el caso de este confundido gatito llamado Tingeling, que vive en Oslo, Noruega. Su familia lo llevó afuera para que tuviera su primer contacto con la nieve y el resultado fue realmente extraño, pero gracioso.
El gatito con sus ojos completamente abiertos no tenía idea de qué hacer, pero claramente no estaba a gusto.
Con su actitud corporal en señal de desagrado y nerviosismo, sus ojos dilatados con una expresión aterradora, miró en varias direcciones, buscando un lugar menos frío que pudiera reconocer para finalmente con un par de saltos, tocando la nieve lo menos posible, llegó a un lugar de la casa donde sus patas se encontraban a salvo.
Aunque resulte una reacción muy graciosa para el pobre gatito, fue aterrador.
Su único objetivo era escapar lo más rápido y pronto como fuera posible de esa extraña capa que apareció repentinamente sobre la tierra. Se puede ver que cuando llega a su “lugar seguro”, se esconde detrás de un arbusto y sigue mirando con terror la fría nieve.
Como si se tratara de un enorme e invasor monstruo
Estamos seguros de que poco a poco Tingeling se irá familiarizando con los copos y posiblemente sienta más confianza en pocos días y hasta se atreva a tocarla nuevamente.
Aunque su primera impresión haya sido aterradora, estamos a tiempo de que le de una segunda oportunidad, y aunque no esté completamente convencido de jugar con ella, pueda admirarla desde la ventana, mientras descansa en su sofá.
Comparte esta peculiar historia y cuéntanos cómo se comporta tu mascota en la nieve.