Las ballenas son hermosos animales, imponentes y temidos por su gran tamaño, aunque suelen ser animales pacíficos, no deben ser molestados. Sin embargo, han sido víctimas de maltrato y comercio ilegal a lo largo de años por su grasa. Por ello, cada ballena rescatada es un logro, cada rescatista es un héroe.
Durante el mes de noviembre comenzó a verse en las cercanías de la Playa de Zarauz un cetáceo de la especie Rorcual aliblanco.
De nueve metros aproximadamente, esta ballena nadaba de un lado a otro de la playa, buscando alimento prácticamente nadaba cerca de los surfistas. Uno de ellos incluso aseguró que nadaba con la potencia de un submarino. Se convirtió en un atractivo fotográfico para muchos aficionados.
Se podía ver su mancha blanca característica en el pecho.
Además, los surfistas de la zona al estar tan cerca de ella se encargaban de traer información. La vieron alimentarse de pequeñas anchoas y boquerones, dilatar sus pliegues para comer pececillos un poco más grandes y llegar a aguas poco profundas.
A veces, tomaba las olas junto a sus nuevos amigos humanos.
Muchos rumores comenzaron a correr por los alrededores, llegaron a decir que era una especie que se permitía cazar. Pero se debe recordar que el Rorcual aliblanco no es una especie comercial y que la Comisión Ballenera Internacional hizo una prohibición para la caza de ballenas que solo cuatro países decidieron omitir.
Además, tuvieron que informar al público en general que deben evitar la cercanía sobre todo con embarcaciones a motor.
A pesar de las personas que se acercaban y muchas veces la asustaban, poco a poco se acercaba cada vez más a la orilla, conseguía mucho alimento y se sentía segura. Pero un error de cálculo hizo que eñ corazón de todos diera un salto. Se acercó tanto a la orilla que no pudo regresar, quedando encallada se movía enérgicamente para intentar volver.
Pero un grupo de surfistas se convirtieron en los héroes del día.
Siete jóvenes que habían convivido con ella los últimos días no lo pensaron dos veces para actuar y ayudarla lo más rápido posible. Con un método poco recomendado, pero siendo lo más cuidadosos posible, la hicieron girar por la arena con la ayuda de las olas. Fue un trabajo muy duro por el peso del cetáceo, pero finalmente lo lograron y le dieron su espacio.
Aunque lo ideal era llamar al servicio de emergencias, todos los elogian por su heroísmo y la forma en que la respetaron durante su visita por la playa.
Desde la Sociedad para el Estudio y Conservación de la Fauna Marina, los alabaron por su acción, pero les recordaron que las ballenas pueden transmitir enfermedades a los humanos, como una infección por Brucella Ceti, una bacteria que causa infecciones con síntomas parecidos a la gripe.
El alimento en la orilla la hizo despistarse, pero afortunadamente estaban sus amigos para rescatarla.
Ahora volvió a aguas más profundas, pero se mantiene disfrutando en las aguas del Golfo de Vizcaya. Agradecemos a todas las personas que durante su estadía en la playa de Zarauz la protegieron y respetaron, disfrutando con ella, pero sin perturbarla. Al contrario, concienciando a quienes se acercaban con otros fines o querían abusar de la nobleza del animal. Felicitamos nuevamente a los surfistas que la rescataron y le recordamos a la población que en estos casos lo mejor es llamar a emergencias.
Comparte esta increíble historia y disfruta de las maravillosas fotos que lograron capturar.