Furgus es un perrito Gran Danés que tuvo la mala suerte de pasar gran parte de su vida caminando mal, con tres patas, ya que nació sin una de ellas. A causa de esa malformación, el chico luchó por aprender a caminar cuando era apenas un cachorrillo, mientras que el resto de sus familiares con cuatro patas podían jugar, saltar y correr como quisieran al aire libre. Ha debido ser muy duro para él afrontar esa situación, no solo por ver a los demás hacer lo que él no podía, sino por la frustración que siente un ser cuando le falta algo para valerse por sí solo.
Sin embargo, el chico fue muy valiente y pudo sobrellevar la situación, a pesar de tener una condición que lo hacía diferente y lo ponía en dificultad. Sus padres humanos, Bill y Pam Lawrence, lo adoptaron cuando tenía tan solo cuatro meses de nacido. En ese momento buscaron por todos lados, y con muchos contactos, cualquier cosa que pudiese ayudar al chico a mejorar su cotidianidad. Tener unos padres preocupados y amorosos era justamente lo que Fergus necesitaba, ¡qué fortuna que sus caminos se hayan cruzado!
En un cierto punto se comunicaron con Tom Whitehurst, de Riverside Orthotics and Prosthetics, él es un especialista sumamente conocido para casos en los que se necesitan prótesis de extremidades para humanos, de hecho, le hizo una al padre de Bill y por eso se conocían. Lo que ocurría era que Tom jamás había hecho una prótesis especial para un perrito… Eso representaba un riesgo, pero también un hermoso reto. A pesar de su inexperiencia con caninos, Tom le dio una oportunidad a la aventura de ayudar a Furgus.
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Afortunadamente, con mucho esfuerzo y talento Tom logró tener una prótesis lista para el Gran Danés, que pudiese sustituir la pata que le faltaba… Y lo mejor es que funcionó muy bien. ¡Qué alegría para todos! Por supuesto, hubo varios ensayos, se cometieron algunos errores, pero poco a poco se llegó a la medida y funcionamiento más óptimo para Furgus.
Publié par Riverside Orthotics and Prosthetics sur jeudi 24 août 2017
Ahora Furgus está aprendiendo a adaptarse a su nueva pata sustituta, y lo están entrenando para que se convierta en un perro asistente que ayude a personas con discapacidades. Este chico, un día no muy lejano, podrá ayudar a otros que tengan dificultades como las que él tiene, para que se adapten a las prótesis y tengan una mejor calidad de vida. Es una gran forma de ayudar tanto a otros, como a él, ya que se trataría de un proceso de retroalimentación muy fructífero para cada parte involucrada.
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