Para nadie es un secreto hoy en día que los animales salvajes no deben ser criados como mascotas ni domesticados, y que quienes posean animales salvajes en su casa posiblemente son cómplices de un comercio ilegal. Esto es muy común en Asia y en los últimos años han sido muchos los casos de animales incautados por las autoridades, cuando los contrabandistas intentan pasarlos de una frontera a otra.
Esta vez el gobierno de Laos incautó más de 70 reptiles que venían desde Malasia.
Los reptiles incluían al menos 19 serpientes, 20 lagartijas y 31 tortugas. Todos ellos eran trasladados en pésimas condiciones, los tenían en cajas plásticas apilados unos sobre otros, todos de cortas edades, incluso varios parecían tener pocos días de nacidos, lo que implicaba un gran problema.
Además, las autoridades no contaban ni con la experiencia, ni con el espacio para hacerse cargo de ellos, por lo que llamaron al Laos Wildlife Rescue Center (LWRC).
Cuando en LWRC recibieron la llamada, no dudaron en ir a proporcionar su ayuda, ya que son el único centro de rescate mixto en el lugar. En realidad no estaban muy seguros a lo que se iban a enfrentar. “Estamos acostumbrados a rescatar animales nativos, como pangolines, esto era nuevo para nosotros”, dijo George Sullivan.
Pero ahí estaban, dispuestos a ayudar.
Sin embargo, la situación era mucho peor de lo que pensaban, estos animales habían sido criados en cautiverio. Muchos de ellos eran “morphos”, lo que quiere decir que tienen ciertas modificaciones genéticas para que luzcan acorde a los gustos de las personas que los quieren comprar.
Como consecuencia, la adaptabilidad de esos reptiles a la naturaleza es “cero”.
No crecen en un ambiente donde les toca aprender a comportarse según su entorno, enseñarlos sin que hayan conocido nada de eso es una tarea muy difícil. Y lo más grave aún es que si estos reptiles modificados se mezclan con los salvajes pueden hacer daño a las especies originales.
La única solución es diseñar un lugar donde puedan vivir de manera plena pero lamentablemente en cautiverio.
El siguiente problema con el que se enfrentaron fue con la alimentación y el espacio para los mismos, a medida que crezcan demandarán más espacio y por supuesto más comida. No es lo mismo tenerlos en un ambiente libre donde ellos pueden cazar su propio alimento, ellos deben ser alimentados.
Su dieta es a base de grillos e insectos principalmente, por lo que lo ideal sería crear una colonia para ellos.
Es un trabajo extremadamente arduo y difícil, pero todo en función de salvar estas 70 vidas que no tienen la culpa de haber pasado tan gravemente por la mano del hombre. “Ahora LWRC, será su hogar y lo haremos lo mejor posible”, aseguró Sullivan.
Es lamentable tener que seguir escuchando y recibiendo historias como esta. El hombre es capaz de destruir sin piedad el orden natural de la naturaleza. Esta vez estos 70 reptiles fueron rescatados, pero seguramente muchos otros cargamentos logran pasar las fronteras para satisfacer las excentricidades humanas. Se calcula que el contrabandista de esta carga posiblemente recaudaría unos 20.000 dólares a costa del sufrimiento de estos inocentes animales. Ahora la organización necesita recaudar fondos para cubrir los gastos, si deseas ayudarlos puedes hacerlo desde aquí.
Comparte esta historia y se la voz de estos animales, rechazando la venta de animales exóticos.