Gracias a las redes sociales conocemos historias de animales que necesitan ayuda, en estas se informa con respecto a su condición, dónde fue encontrado y cómo se puede ayudar en la causa, incluso puedes postular para adoptar a uno de estos necesitados animales.
Así es la historia de Panda Bear (“Osito Panda”), un gatito que fue adoptado por una pareja que vio en él una esperanza; alrededor del mes de marzo, Cassandra Claxton y su novio vieron un anuncio en Facebook en el que se mostraba a un gatito que necesitaba ayuda.
Ellos no pudieron resistirse al pequeño y pobre animal por lo que decidieron contactar con la página para postularse como posibles padres adoptivos del gatito. Cuando la pareja se reunió con el gato, él se mostraba bastante asustado, además tenía un montón de heridas en su cuerpo.
Ellos debían ayudarlo y se enamoraron del gato con solo verlo, Claxton en compañía de su novio Blake llevaron al gatito a casa y le dieron un reconfortante baño para aliviar un poco su cansancio, lo envolvieron en una toalla y le dieron la primera porción de amor que de seguro no había recibido en mucho tiempo.
Después lo llevaron a su veterinario para conocer el estado específico de salud que tenía el minino. A pesar de que ya eran las 10 de la noche, en la condición en la que estaba, no podía esperar, fue ahí cuando descubrieron que aquel que pensaban que era un amigo, en realidad se trataba de una amiga.
Panda no era un gato: era una gata. Pesaba alrededor de 2 kilos, lo cual era muy poco y tenía un poco más de 1 año, la pobre gata tenia úlceras en las encías, los labios y los lados de la lengua, las cuales eran provocadas por una enfermedad llamada “estomatitis”, que era causada por la placa de sus dientes.
Además de todo esto, tenía pulgas, las cuales necesitaban ser removidas por completo del cuerpo de la gata. Después de recibir la medicación para cada uno de sus problemas, la pareja llevó a Panda a casa con la esperanza de que las cosas empezaran a ir mejor para su nueva hija.
Pero las cosas no iban a ser tan sencillas, durante los primeros días fue difícil para todos, Panda estaba tan aterrada que temía incluso cuando iba a ser alimentada, era demasiado pequeña y cada vez que se asustaba, se orinaba encima, por lo que sus dueños debían bañarla de nuevo a los 3 días de tenerla con ellos.
Además, el viaje de recuperación fue bastante difícil tanto para Panda como para sus dueños; según palabras de su dueña, le rompía el corazón cada vez que llegaba a casa y la veía tan débil y sucia, ella solo quería que todo estuviera bien.
Quería que supiera que la amaba y que estaba aquí para ella”.
Pero a pesar de pasar los días, Panda no parecía avanzar y solo tenía miedo.
Hubo tantas noches que pensé que no podía hacer esto, que me estaba haciendo daño. Pero mi novio y yo lo hicimos todo con Panda. Fue un viaje estresante, emocional y doloroso”, agregó Cassandra Claxton.
Pero como todo esfuerzo, al final recibe su recompensa: después de un mes de intentar sin descanso y de brindarle a Panda todo el cuidado posible, ella empezó a retribuir el amor y dejó escapar su primer ronroneo un día al ver a su dueña.
Claxton no pudo resistirse a aquella demostración, por lo que empezó a acariciar a su pequeña gatita y a partir de ese momento las cosas mejoraron.
A Panda le encanta ser acariciada y cepillada. Es como mi pequeña sombra y me sigue por todas partes y no quiere nada más que amor. Esto es bastante sorprendente, teniendo en cuenta que nos llevó más de un mes escuchar sus primeras señales de ronroneo”, cuenta Cassandra.
Desde entonces, las cosas para la pareja y su bebé gatuna solo han mejorado, tienen una relación muy fuerte y Panda es amada como ella jamás lo esperó.
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