Parece que los humanos nos sentimos más conmovidos por el sufrimiento de un perro que de una persona, según lo muestra un reciente estudio de la Northeastern University de Boston, en Estados Unidos.
En este nuevo estudio los investigadores estudiaron las reacciones de la gente ante un ataque con un bate de baseball a una víctima distinta.
El estudio encontró que la gente se siente más conmovida y afectada cuando los atacados son cachorros y niños, pero siente aún más empatía si el perro es callejero.
Los humanos sienten más empatía por los animales lastimados que por las personas.
Para los científicos, quizás esta reacción radica en que los animales son más indefensos que los humanos y que no pueden defenderse a sí mismos.
Los profesores Jack Levin y Arnold Arluke, de la Northeastern University, examinaron las opiniones de 240 personas que recibieron cuatro versiones de un artículo con información ficticia.
“Una oficial de Policía llegó 5 minutos después de producido el ataque, y encontró a la víctima con una pierna rota, múltiples cortes e inconsciente. No se ha arrestado a nadie por el ataque”, dice uno de los reportes que les entregaron.
Pero en cada versión, la víctima cambiaba.
En una de las versiones, habían golpeado a un niño de 1 año; en otra, era un adulto de unos 30 años. En las otras dos versiones, era un cachorro y un perro de unos 6 años el que había sido lastimado.
La diferencia en la empatía que sentían entre un niño y el cachorro, no era “estadísticamente significante”, pero el perro generaba más que el adulto.
Un bebé y un perro generan la misma empatía, la diferencia es insignificante.
“Las respuestas eran significativamente menos angustiantes cuando la víctima era el humano adulto” , escribieron en sus conclusiones los científicos.
Los resultados muestran que la gente realmente ve a los perros como miembros de la familia. Y esta investigación puede verse en una campaña de caridad lanzada en el 2015.
La campaña preguntaba: “Usted daría 5 euros para salvar a Harrison de una lenta y dolorosa muerte?”. En una de las versiones Harrison era un humano y en la otra era un perro.
Esta es la campaña que se lanzó con un niño y un perro.
La versión del cachorro llamó mucho más la atención, sugiriendo que realmente los humanos encontramos más fácil empatizar con nuestros amigos de cuatro patas.
El profesor Levin explicó que “el hecho de que las víctimas humanas adultas generen menos empatía que un niño, un cachorro y un perro adulto, sugiere que los perros son percibidos como dependientes y vulnerables, más que los perros pequeños y los niños”.
La campaña con el perro generó más impacto.
“Además, parece que los adultos humanos son vistos como capaces de protegerse a sí mismos, mientras que los perros adultos son vistos como grandes cachorros”.
Además explicó que la situación es similar con los gatos.
“Estos son animales que muchos individuos le atribuyen características humanas”.
Los gatos generaban la misma empatía que los perros, se percibían como indefensos.
El experimento muestra también que nuestros niveles de empatía están relacionados a cuán indefensa la víctima es. Además se percibe que los humanos tienen parte de la culpa si son víctimas de tales ataques.
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