No es un secreto para nadie que este año ha traído consigo una inmensa cantidad de olas de calor alrededor del mundo, generando muchas muertes y destrucción en los lugares afectados. Entre los más comprometidos se encuentran los Estados Unidos, que ha sido víctima de incendios forestales en las zonas más calurosas.
California, conocida siempre por ser un lugar soleado y cálido, fue uno de los estados más afectados del país norteamericano. En la zona de Santa Rosa, Sonoma, los daños han sido increíbles. Aproximadamente 7000 edificios y estructuras se quemaron.
Mientras las pérdidas físicas pueden ser dolorosas, las de los seres vivos involucrados son catastróficas. Es por eso que la situación en la que estuvieron Monica Stevens y su esposo no fue nada agradable. A las 10:45 de la noche la llamaron buscando auxilio, y aquí es donde Monica dice que “todo se salió de control”. Monica y su esposo recibieron una cantidad cercana a las 600 llamadas ese día. Todas pidiendo por ayuda.
Mujeres y hombres gritando para no ser evacuados sin sus mascotas, y aquellos con animales grandes como caballos, cabras y ganado no tuvieron otra opción que sacrificarlos o abandonarlos a su suerte.
Afortunadamente, pudieron salvar a un aproximado de tres mil animales en las áreas de Napa y Somona. De igual forma, se cree que la misma cantidad falleció durante este incidente.
Sin embargo, muchos animales tuvieron destinos felices. Stevens y su esposo fueron capaces de encontrar refugios seguros para los animales rescatados. La variedad de especies iban desde patos hasta llamas. Los Stevens junto a su equipo lograron evacuar a un grupo de seis caballos, teniendo que viajar dos veces para poder salvarlos a todos.
Rescatistas se toman una selfie mientras se dirigen a rescatar animales en una granja en llamas.
Para algunos es tanto el deseo de mantener a sus amigos peludos sanos y salvos que una mujer fue capaz de cargar a su perro de 30 kilos metiéndolo en un bolso deportivo hasta que ambos estuvieran fuera de peligro.
Entre otras de las personas que fueron partícipes de este plan de rescate fueron Deborah Blum, dueña de un santuario animal en Santa Rosa que se encargó de acoger a cientos de animales, junto con su equipo. Estos también formaron parte de la evacuación de animales en granjas que habían quedado abandonadas.
Una parte esencial en el rescate de estos animales según la opinión de Deborah fueron las redes sociales como medio de comunicación. “La gente llamaría y diría ‘oigan, tengo dos cabras aquí y necesito sacarlas inmediatamente’”, explica Blum.
Actualmente, otros refugios han alcanzado reunir grandes sumas de dinero por medio de donaciones que van directamente a la comida de los animales y a su cuidado, con la esperanza de que todos aquellos heridos mejoren y los que se encuentran sin hogar sean adoptados.
Aunque muchos animales no lograron sobrevivir a esta catástrofe, hay una gran cantidad que tiene un buen futuro por delante. ¡No todo está perdido!
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