Las emergencias pueden presentarse en cualquier lugar y a cualquier hora, y un grupo de ciclistas llamados “Los Caimanes” lo confirmó. Se encontraban en una ruta en el pueblo de Cela, población 12, del municipio Irixoa, en La Coruña, España, cuando se cruzaron con un granjero desesperado en el camino.
Su vaca tenía cinco horas de trabajo de parto y el veterinario aún no llegaba.
Afortunadamente, uno de los integrantes del grupo de ciclistas se había criado en la zona y había visto de niño cómo ayudar a una vaca que estaba teniendo un parto difícil. Y como dicen que lo que bien se aprende nunca se olvida, Jose Manuel Faraldo, alias “Fari”, recordaba muy bien lo que debía hacer.
La vaca estaba agotada y el ternero venía en mala posición.
Fari, inmediatamente se quitó la camisa y se puso manos a la obra, sus compañeros no salían del asombro, pero también se dispusieron a ayudar. Él introdujo su brazo hasta el útero de la vaca y buscó al ternero para ponerlo nuevamente en posición.
Tuvo que esforzarse para lograrlo y la vaca en algún momento se desesperó pero lo dejó hacer su trabajo.
Las patas del ternero estaban dobladas dentro del útero de su madre pero pronto Fari logró encontrarlas y comenzó a tirar de él. En cuestión de minutos sus patas estaban afuera y en medio de exclamaciones y elogios, algunos de los hombres sostenían a la vaca mientras otros buscaban una cuerda para atar al ternero y ayudarlo a salir.
La vaca ya no tenía fuerzas para terminar su trabajo de parto.
El granjero aún nervioso ayudaba en lo que podía, pero en definitiva el héroe de la escena seguía siendo el ciclista. Finalmente, la vaca no pudo seguir manteniéndose en pie y se desplomó, pero con un último tirón lograron sacar al ternero que también estaba agotado.
Ambos cayeron al piso y parecían sin vida, pero realmente estarían bien.
El granjero se acercó al ternero para animarlo, mientras que otro hombre le lanzó un poco de agua en la cara que lo hizo moverse, estaba bien y el granjero se relajó un poco, pero siguió asistiéndole.
Agarrándolo de la pata y con su mano hizo varios movimientos hacia el pecho del pequeño animal, como si fuera un masaje cardíaco. Paralelamente, se puede ver cómo la vaca levanta su cabeza y trata de acomodarse, aún no puede incorporarse pero con seguridad estaría bien.
El granjero arrastró al ternero hasta su madre y los dejó recuperarse juntos.
La vaca todavía cansada no dudó en comenzar a lamer a su bebé y el ternero poco a poco se recuperaba y hacía movimientos cada vez más frecuentes. Todos estaban felices y no dejaban de elogiar a Fari.
El video rápidamente consiguió muchos seguidores y comentarios. A pesar de que el ciclista no era veterinario, supo cómo reaccionar y actuó de manera que pudo salvar dos vidas que se encontraban en riesgo.
Sin duda, su experiencia y conocimientos adquiridos siendo tan solo un niño lo convirtieron en el héroe del día.
Comparte esta increíble historia y veamos cómo cada cosa que aprendemos puede ser útil en el momento más inesperado de nuestras vidas.