La vida está llena de adversidades y no importa que tan difíciles e imposibles parezcan, si se tiene la confianza y fe de nuestro lado, todo se puede alcanzar con mucha dedicación. Como muestra de ejemplo tenemos esta historia de una pequeña Golden Retriever que nunca se rindió a pesar de las dificultades por las que atravesó para lograr su sueño de poder caminar.
Molly es una Golden Retriever que nació con un grave problema en la parte inferior de su cuerpo, su médula espinal y vértebras estaban deformadas, y a causa de esto, sus patas traseras chocan entre sí y se forman llagas por la mala circulación.
Debido a su condición de salud y la dificultad que presentaba para moverse, Molly constantemente era dejada por sus dueños adoptivos en algún refugio para animales, hasta que nuevamente llegasen otros interesados que quisieran adoptarla. Esta terrible rutina llevaba a la pobre Golden Retriever de familia en familia, sin poder compartir momentos especiales con algún ser querido que le diera el tiempo, dedicación y amor que necesitaba.
Luego de un tiempo, finalmente se vio una esperanza para la pequeña perrita. Jessie Pickard, coordinadora de adopciones para rescates de Golden Retriever (GRREAT), viajó 12 horas desde Virginia, USA, hasta el refugio donde se encontraba Molly. Según palabras de la señora Pickard, inmediatamente quedó enamorada de ella y de su historia, sabía por todo lo que había pasado y que realmente necesitaba un hogar, pero debido a su condición, decidió llevársela con ella, ya que en tal estado nadie querría adoptarla.
Ya en casa de su nueva dueña adoptiva, Molly estaba llena de felicidad porque por fin tenía a alguien con quien jugar, pero el problema de sus patas traseras aún le dificultaba poder divertirse libremente como cualquier otro perro normal.
Por esta razón, su dueña se vio obligada a ayudarla, ya que quería verla feliz y complacerla con el hermoso regalo de verla caminar.
La señora Pickard contactó a un veterinario llamado Derrick Campana en el Ortopédico de Cuidado Animal, quien sugirió prótesis que le ayudarían a caminar, así que diseñó un par a su medida, además de ayudarle a levantarse. Éstas también la protegerían de las llagas que presentaba en sus patas; tuvieron un costo de 1,100 dólares y han sido un gran soporte para ella, ¡ahora puede correr más rápido que nunca!
A pesar de sus discapacidades, la señora Pickard insiste en que Molly es como cualquier otro perro al que le gusta jugar con su pelota, dice que es imparable y es capaz de realizar cualquier cosa sin importar el impedimento que presenta.
Desafortunadamente, la pequeña Molly también fue diagnosticada con insuficiencia renal y es más susceptible a serias infecciones, pero a pesar de todas estas complicaciones, sus dueños están decididos a mantener a raya cualquier enfermedad y así prolongar más sus años de vida. No les importan las adversidades que se les interpongan, mientras mantengan el empeño y dedicación que le han brindado a la perrita, siempre estarán dispuestos a ayudarla y darle todo el amor que necesita para mantenerla feliz y saludable.
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