Cuando Duke se reencontró con Joshua Edwards, se detuvo, resopló y enseguida corrió hacia él para empezar a lamerle la cara. Es decir, le dio la mayor demostración de amor que un perro puede darle a un humano 😀
Este Rottweiler estaba tan emocionado de ver a su amigo humano que se lanzaba en el suelo y daba vueltas para que él le rascara la barriga. «Creo que él supo quién era yo inmediatamente.
Nunca pensé que lo vería otra vez«, contó Joshua, quien vio a su perro por última vez hace ocho años, antes de que se lo robaran de su jardín.
Al menos es esa la teoría que él manejaba, que le robaron al cachorrito mientras estaba en el jardín. Pensó que jamás volvería a verlo, pero estaba equivocado, ya que gracias a un microchip y a una persona bondadosa que lo llevó a una clínica para animales, todo resultó en un final feliz.
«Cuando me llamaron no podía creerlo», contó Joshua. El reencuentro se produjo en el Tamiami Animal Hospital, después de que María Elena Cartaya encontrara al chico de nueve años deambulando en la calle, caminando muy mal, y completamente sucio.
«Era un dulce perrito que necesitaba ayuda, evidentemente», dijo María.
Ella es una mujer que usualmente ayuda a perros callejeros, y apenas vio a Duke lo metió en su auto para llevarlo a la clínica. El veterinario que lo atendió dijo que el perrito parecía haber recibido ciudados, y que fue abandonado en la calle recientemente.
Por fortuna y responsabilidad de su dueño, tenía un microchip. Así fue como rastrearon a Joshua, quien estaba en la lista de la compañía registrado como dueño de Duke. Las autoridades confirmaron que esto era verdad, y quedó demostrado que el sistema funciona bastante bien.
Joshua dijo que cuando Duke y su otro perro desaparecieron en el 2007, el corazón se le rompió. Vivía en el área de Shenandoah, Miami, y en ese momento fue de puerta en puerta preguntando si alguien los había visto. Repitió esto durante meses… También fue a varios refugios de la localidad, estuvo haciéndolo por tres meses, en los que siempre tuvo consigo fotos de los perros para preguntarle a todo el que pudiese. El tiempo que pasó junto a su Rottweiler, enseñándole a jugar y hacer trucos, fue lo que lo motivó a convertirse en un entrenador de perros.
En la familia de Joshua hay tres perros: Minnie, Duke Jr y Blackie. Cuando recibió la llamada no dudó en volver a llevar a Duke a la casa sin importar cuántos perros hubiese, ya que él es parte de la familia. El momento del reencuentro es sumamente conmovedor, se nota que se quieren mucho y que estaban muy tristes por tener que estar separados.
El vínculo que se crea entre los humanos y los perros es algo mágico. Es muy reconfortante saber que ahora están juntos y que Duke ya no estará en la calle, sino en su hogar… ¡De donde nunca ha debido salir!
Comparte esta bonita historia de reencuentro familiar con todos tus amigos, es muy conmovedor.