Samson es un miembro de la familia Tann que difícilmente podría pasar desapercibido. Se trata de un enorme y pesado buey, que con sus largos cachos y su mirada de absoluta bondad, se ha robado el corazón de muchos. Por esta razón, cuando su vida corrió peligro durante el huracán Harvey, toda la comunidad de Rayford Spring, Texas, se apresuró a darle una mano amiga.
Samson, quien hoy en día tiene 15 años, llegó a la granja de los Tann cuando era tan solo una cría. Desde entonces, ha recibido toneladas de amor y cuidado de parte de sus dueños. Este «noble gigante», como lo llaman, no solo es considerado uno más de la familia, también es un miembro muy querido de su comunidad.
Pero la vida apacible de Samson dio un giro inesperado cuando el huracán Harvey golpeó su localidad. La tormenta se hacía cada vez más fuerte y todos en casa temían por su seguridad. Mientras tanto, el pobre buey había comenzado su propia batalla: el lodo había crecido tanto, que rápidamente se encontró atascado, sin ninguna posibilidad de moverse.
«Samson pesa más de 800 kg y el suelo se había convertido en una especie de arena movediza», cuenta su dueña, Margaret Tann. «Nos preocupamos mucho porque él es un miembro de la familia, así que comenzamos a pedirle ayuda a todos nuestros vecinos».
Fue de este modo como Kaeleigh Jordand, administradora de la página de Facebook de los vecinos de Rayford Sping, se enteró del apuro en el que se encontraba Samson. Por lo que, determinada a colaborar, publicó un post en el que le solicitaba ayuda a la comunidad para sacar al buey del fango.
Amanda Sheridan, una vecina de la zona, recuerda su conmoción al leer publicación de Facebook. Sin dudarlo, esta madre de dos niñas reunió a su familia para salir al rescate de Samson. Sorprendentemente, la súplica de Kaeleigh no fue atendida únicamente por Amanda, sino también por decenas y decenas de personas que se propusieron rescatar a Samson, a pesar de la inclemente lluvia.
Así, para sorpresa de los Tann, comenzó a llegar una gran cantidad de voluntarios para salvarle la vida a Samson. «Nadie dudó. Inmediatamente, cada quien tomó su pala y corrimos al auto», Christopher Miller, un vecino que participó en el rescate del buey y quien, de hecho, se encontraba en casa de un amigo porque había tenido que evacuar su propia casa.
No obstante, el rescate fue mucho más complicado de lo que todos pensaban. La grúa que habían dispuesto para halar a Samson se quedó también atascada en el lodo, por lo que no quedó otra opción que intentar liberar al buey haciendo uso únicamente de las manos y de un jeep.
Hasta que, finalmente, todo el esfuerzo dio resultado: ¡Samson había logrado escapar del fango! No obstante, la buena noticia pronto se vio opacada por un hecho desgarrador: aún fuera del lodo, el pobre buey no lograba ponerse de pie, de hecho, estaba tan mal que sus ojos daban vueltas y no podía ni sostener la cabeza. En ese punto, ya se temía que entrara en shock.
Cuando un animal queda atrapado en el lodo, se corta la circulación de sangre en sus miembros debido a que esta se dirige hacia los órganos vitales.
Una veterinaria que vivía cerca de la zona se abalanzó a la granja de los Tann en cuanto leyó lo que estaba ocurriendo. Una vez allí, comprendió que todo se debía a que se había cortado la circulación de la sangre en las patas del buey. No hubo ni que decirlo dos veces, de inmediato los vecinos comenzaron a masajearle las patitas (o patotas) a Samson con el fin de hacer que la sangre circulara nuevamente con normalidad.
Poco a poco, este adorado buey comenzó a responder a todo el amor y el cuidado recibido. «Samson no paraba de buscar a su ‘mamá’ (Margareth) con la mirada», recuerda Amanda Sheridan, «Ella solo se arrodillaba a su lado y lo llamaba, diciéndole cuánto lo amaba. Era maravilloso ver como él respondía».
Finalmente, Samson volvió en sí y no pasó mucho tiempo hasta que se recuperó por completo del penoso accidente. Hoy en día, los Tann aseguran que no tienen palabras para agradecerle a todas esas personas que, sin conocerlos siquiera, se acercaron a ayudar a Samson con tan hermosa disposición.
Esta historia es, en sí misma, un maravilloso ejemplo de humanidad y bondad. Compártela a todos tus amigos, hoy más que nunca necesitamos leer noticias como estas.