Cada vez que César Fernández-Chávez saca a pasear a su perrita Louboutina por las calles de Manhattan ocurre algo muy especial en el camino. Después de pocos minutos dando vueltas en distintos lugares, Loubie (este es su apodo) quiere detenerse para establecer contacto con algunas personas y abrazarlas… Sí, así es, ¡da abrazos de verdad, verdad! Pone sus patas alrededor de las piernas de la gente. ¡Qué simpática chica! «No es un paseo cualquiera. Es un paseo de abrazos, así que no nos da tiempo de alejarnos mucho», dijo César.
César nunca le enseñó a Loubie a dar abrazos, asegura que es algo que aprendió ella solita. Antes de que comenzara esta pasión, lo que le gustaba era agarrarse de manos con la gente. Esa tradición empezó aproximadamente en febrero del 2014, justo después de que él terminara una relación sentimental. ¿Le agarraría la mano para darle apoyo? Seguramente sí, los perros son muy inteligentes y sienten ese tipo de cosas.
«Empezó a sentarse y agarrar mis manos con ambas patas, luego cruzaba una de sus patas con la otra. Recuerdo que bromeaba mucho con mis amigos sobre esto. Al menos tengo a alguien que me agarre la mano en San Valentín», contó César. Esta graciosa manía se convirtió en la cosa favorita de Loubie por mucho tiempo.
Cada vez que paseaban por las calles de Nueva York, lo hacía. «Desde ese momento, en cada paseo, quería agarrarse de manos. Cruzaba una pata con la otra y miraba a su alrededor como una señorita. Las personas que pasaban se quedaban impresionadas».
Luego, un par de años después, Loubie empezó a mostrar su afecto de una forma algo distinta: los abrazos. «En vez de pedirme que la tomara de manos, se sentaba muy cerca de mis piernas y amarraba sus patas alrededor de mis rodillas. Pensé que era raro, me pregunté qué estaba pasando… Pero permití que lo haga», continuó contando César. Loubie siguió abrazándolo, y abrazándolo más y más… A veces no quería soltarlo durante varios minutos.
Menos mal que César no es un hombre celoso, ya que la chica no sólo quiere abrazarlo a él. A pocos días empezó a hacerlo con otras personas desconocidas. «Paseábamos por vecindarios que ella conocía y abrazaba a personas aleatoriamente que se acercaban a nosotros por casualidad». Por supuesto, de esta forma Loubie se ha convertido en una estrella de los medios y redes sociales. A cientos de personas les encanta verla dando abrazos. «Las fotos empezaron a multiplicarse en internet», dijo César.
Sin duda alguna, César es un hombre muy afortunado de tener a una chica como Loubie a su lado. Los perros son inteligentes y maravillosos, no hacen solo las cosas que les enseñamos a hacer, sino que muestran su propia personalidad comportándose como les gusta y siempre dándonos tanto, tanto amor. ¿Te gustaría ver más fotos de Loubie? Síguela en su cuenta de Instagram.
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