Si aún no lo has conocido, este es Nutmeg, un gato pelirrojo que ha derretido corazones desde que se volvió una sensación en Internet.
Aunque no se trata solo de la afligida expresión en su rostro, la vida de Nutmeg ha estado llena de dolores y penurias…
Su fama le precede, pues tiene la cara del gato “más triste de todo el mundo”.
Cada brillo en esos ojitos tristones fue ganado con sufrimiento y maltratos que este precioso gato tuvo que soportar.
Después de 5 años en el abandono Nutmeg llegó a los brazos de sus rescatadores en la Granja Lollipop de la Sociedad Humanitaria de Rochester.
Su estado era demacrado, estaba asustado y tenía una terrible infección nasal.
Realmente parecía ser el gato más triste del mundo con esa mirada desalentadora que siempre mantenía en su rostro.
El gatito pelirrojo sobrevivió a todas las desventuras de vivir siempre en el abandono de forma salvaje, pero a cambio obtuvo una perenne expresión tristona en su rostro.
Cuando llegó al refugio sus orejas estaban destrozadas y su cuerpo entero portaba las marcas y cicatrices de la vida difícil que había sufrido.
El camino para su recuperación fue largo y lleno de traspiés, puesto aunque sus heridas físicas sanaban las emocionales eran las peores.
Después de su recuperación física, Nutmeg pasó un tiempo con el personal administrativo de la granja, recibiendo cuidados y aprendiendo a confiar otra vez.
Fue como una especie de psicoterapia para él, descubrir un tipo de vida diferente, calmada y lleno de amor.
Aún después de esto tuvo que continuar sus sesiones terapéuticas junto con los otros gatitos que entraban al refugio.
Él incluso necesitó ayuda para aprender a socializar con otros animales.
Fue entonces cuando el personal del refugio se dió cuenta que Nutmeg estaba listo para conseguir su hogar permanente.
Allí afuera debía de haber alguien listo para amar esa carita triste con todo su corazón y darle todo lo que esa pobre alma tanto necesitaba.
Después de meses de espera una joven pareja se cruzó en su camino…
Ellos notaron de inmediato su rostro tan peculiar y se enamoraron así de rápido de su personalidad.
Tyler Stadt, el joven chico que adoptó a Nutmeg, confesó que todo fue un plan de su novia:
”Ella prácticamente me arrastró a la granja después de haber visto las fotos de Nutmeg en internet, y sí, apenas lo ví me enamoré, ¿cómo podía resistirme?”
Nutmeg aprobó su adopción inmediatamente con unos buenos ronroneos apenas Tyler comenzó a acariciar su espalda.
Después de algún tiempo, el equipo del refugio contactó a Tyler para verificar que todo marchara en orden y la respuesta no pudo haber sido más alentadora:
”Nos está yendo de maravilla, se ha adaptado muy bien. Le encanta llevar juguetes a su lugar favorito y de verdad es el gato más relajado que he conocido en mi vida, pero con un lado juguetón. No lo cambiaría por nada en el mundo.”
Nutmeg encontró su hogar y un final feliz que demuestra con una pequeña y adorable sonrisa.
Los ojos de Nutmeg seguro permanecerán tristes para siempre, pero este definitivamente ya no es el gato más triste del mundo.
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