La pequeña ballena beluga Gia, de apenas 3 años, nació en el parque marino Marineland ubicado en las Cataratas del Niagara en Ontario, Canadá. Ella era una de las más populares “atracciones” del lugar.
Desde su nacimiento en cautiverio, la joven ballena sufrió muchos atropellos y malos tratos dados por el personal del parque marino.
La pequeña Gia fue separada su madre sin razón alguna, según Marineland, las separaron porque su madre dejó de amamantarla, pero Hayden Hunter, director de investigaciones de Last Chance for Animals, una organización que ha investigado las múltiples faltas del parque en los años 2015 y 2016, dijo que “al contrario de la declaración de Marineland, la madre (de Gia) no dejó de amamantarla”. Gia fue apartada de su madre y puesta en otra piscina junto a otras dos ballenas, esto ocasionó que la beluga creciera extremadamente demacrada y enferma.
Gia no es la única ballena afectada por la mala calidad de vida que brinda Marineland, todas las especies tanto acuáticas como terrestres viven pesadillas allí adentro. Los animales acuáticos suelen estar confinados en piscinas de hormigón, de poca profundidad y sin ninguna protección al sol, además de estar sometidos a cada minuto por los químicos nocivos con los que purifican el agua.
El parque no ha tenido la previsión de separar las distintas especies dominantes con las pasivas; por esa razón, muchos de ellos tienen cicatrices y marcas de mordidas que se dan entre ellos porque ninguno de los estanques tiene la seguridad o barreras de escapes para los indefensos.
Las belugas presentan signos de problemas oculares, como enrojecimiento, cataratas e irritación, y durante largos periodos presentaban regurgitación e hipersalivación. Con frecuencia les privaban de alimentos con fines de adestramiento. Y tampoco había control en el apareamiento lo que ocasionó incidentes en los momentos del parto.
El anuncio de parte de Marineland sobre el fallecimiento de Gia fue publicado el domingo 13 de agosto de 2017 pero muchos aseguran que la muerte de la criatura sucedió el día 04 de agosto.
La indignación por la muerte de Gia no cesó, los amantes de los animales alzaron su voz porque muchos aseguran que la muerte de Gia podía ser evitada con tan solo buenos tratos y cumplimiento de las necesidades del animal. La organización californiana Last Chance for Animals es una de la que se ha mostrado más afectada por la muerte de la beluga.
Aun así, Marineland dice que en la autopsia del animal indica que “sufrió una torsión congénita de su intestino delgado que la hizo girar sobre sí misma ocasionado el bloqueo completo del intestino”.
Pero la relación entre la organización y el parque no ha sido nada cordial. Marineland ha descrito a la organización como “radical” y “no creíble” mientras que la organización presentaba serias preocupaciones sobre el bienestar de Gia y otros animales.
Demers anuncia que muchos de sus animales se encuentran desnutridos como la morsa Zeus de la cual se han publicado varias fotos.
Nunca me rendiré”, dice Demers. “Las mentiras se están poniendo al día con ellos”.
La preocupación de Hunter Demers crece porque en el mismo comunicado del parque dijeron que Gia se encontraba en perfecto estado de salud y que su muerte fue repentina.
Esperemos que ningún otro animal corra con la suerte de Gia. ¡Comparte esta noticia!