Hace un par de meses, una mujer tomó a un pequeño gatito bajo su cuidado, o mejor dicho, una gatita eligió a su dueña y se negó a dejarla ir. Esta es la singular historia de Carla Moore, cofundadora de Happy Tails Farm Sanctuary, y su nueva amiguita peluda, Lola, una gata calicó.
Todo comenzó el día que Carla fue llamada para rescatar a un par de pollitos, pero una sorpresa la estaba esperando al final de su jornada.
“Me fui para recoger a dos pollos de dos semanas de edad que estaban necesitados de una reubicación. Pero como no tenía comida apropiada para ellos, hice una parada en nuestra tienda de comida local. Es esta tienda tienen una jaula especial que usan para los pollitos y patitos que están a la venta. Hoy fue diferente”.
Y justo en esa jaula, la estaba esperando Lola, maullando a todo lo que sus pulmones le permitían para obtener su atención.
Lucía tan pequeña, que no pude resistir tomarla para al menos darle un poco de consuelo. La levanté y de inmediato se pegó a mí con sus 4 patitas”.
Cuando llegó el momento de irse, Carla intentó colocar a la gatita en su lugar, pero parece que la pequeña tricolor tenía una mejor idea.
“La iba a colocar en su jaula, pero no logré que me dejara ir, hasta le pedí a alguien que me ayudara y tampoco pudo quitarla. Ella me había elegido. Ya había hecho su camino hasta mi cuello y mi cabello”, cuenta Carla.
“Algunas veces estas cosas pasan. Yo sabía que no podía llevar a casa a ningún otro animal sin hablar con la otra mitad de Happy Tails Farm Sanctuary, mi esposo, porque ya teníamos otros seis gatos, así que le envié un par de videos de la situación”. Y aunque no hubo respuesta de su pareja, ya el lazo entre estas dos estaba hecho y era irreversible.
Carla salió de esa tienda con la comida que fue a buscar y su nueva mascota. La pequeña tricolor no se apartó de ella en ningún momento, estuvo todo el camino a su nuevo hogar colgando en su hombro. “Ella quería estar tan cerca de mi como fuera posible, se agarró a mi camisa y se acomodó muy bien en mi cuello”.
“No pude bajarla, hice mis tareas en el establo con un gatito unido a mí, terminé llevándola en un portabebés, para que pudiera estar cerca de mí y sentir mis movimientos. Para que dejara de tener miedo”.
Pero Carla no solo la salvó de la soledad, sino también de una enfermedad de la cual no habrían tenido conocimiento de no ser gracias a que Lola no dejaba el lado de su nueva madre humana.
Ya que estaba tan cerca de mi oreja, pude oír un sonido extraño en su respiración así que la llevé al veterinario. Y resultó que la dulce bebé tenía una infección de pulmón. Ya está usando antibióticos y esperamos que tenga una rápida recuperación”.
Después de un par de días colgada a su dueña, Lola decidió aventurarse en su nuevo hogar para conocer cada rincón y cada nuevo amigo que su casa tenía para ofrecerle.
Ella se instaló y es tan feliz como debería ser. Es brillante, activa, muy activa en realidad; es curiosa y le encanta jugar. Ella se involucra con los otros 6 gatos e incluso juega con nuestros conejos rescatados”.
Y así esta gatita tricolor pasó de no ser querida y estar sin hogar a una vida llena de diversión y amor. Ahora recibe a cualquier visitante en la granja de Carla con la misma cantidad cariño que se le ha entregado. Pero, por supuesto, la principal receptora de caricias es su amorosa madre.
¡Comparte esta linda historia con tus amigos! Y recuerda que las mascotas siempre nos traen mucho amor, no dudes en adoptar.